Ubicación: Trav. de les Corts. Av. de Joan XXIII
El Fútbol Club Barcelona, acuciado por el constante crecimiento del número de espectadores, decide construir sus instalaciones y anexos con una gran amplitud. El estadio que proyecta, capaz de albergar a ciento cincuenta mil espectadores, es uno de los mayores del mundo.
Pensado todo él en hormigón armado, como es ya costumbre en este tipo de edificios, da lugar a una construcción que ronda los 40 metros de altura. Para facilitar el acceso a las diferentes localidades, se «introduce» dicha estructura en el terreno rebajándolo, y se coloca de esta manera el nivel exterior de acceso en un plano intermedio que disminuye el recorrido vertical medio de los espectadores para llegar a su sitio. Ayuda asimismo a esta medida de disminuir recorridos verticales, el acceso a los diferentes graderíos este y oeste a través de rampas de larga extensión, que hacen con ello más cómoda la subida y, en el caso de la tribuna cubierta, permite cruces de peatones y vehículos a distintas alturas. Numerosas escaleras interiores, sobre todo en las localidades de norte y sur, complementan la difícil operación de desalojar el estadio de manera cómoda y eficaz.
La tribuna principal está cubierta con una muy atrevida marquesina contrapesada de gran vuelo y fascinante impresión de ligereza, ayudada superiormente por una batería de tirantes y soportada por los pórticos de la estructura general del graderío, unida solamente por los postes verticales de la estructura, aumentando con ello su impresionante línea.
Cuadernos de arquitectura, núm. 21, 1955,
págs. 2-4"
Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none
"LÍNEAS DURAS
En 1985, Carles Martí y Xavier Monteys publicaron un artículo itulado «La línea dura», con el que presentaban el número de despedida de la revista 2C. Este texto recorría el trabajo de un grupo de arquitectos —Hannes Meyer, Hans Wittwer, Mart Stam, Johannes Duiker o Evan Owen Williams, entre otros— que durante los años treinta, en el seno del Movimiento Moderno, priorizaron los problemas constructivos frente a las justificaciones estéticas. Martí y Monteys acuñaron incluso una nueva categoría para referirse a estos autores y a sus obras, a los que denominaron «el ala radical del racionalismo».
Parafraseando el título de aquel artículo, podríamos aventurar que, entre 1949 y 1974, se desarrolló en Barcelona un conjunto de propuestas desde el campo de la arquitectura, el diseño y el urbanismo que, vistas en perspectiva, constituyen «líneas duras» respecto a las tendencias hegemónicas de cada período, una suerte de tradición no siempre subrayada —acaso pendiente de recuperarse en el futuro— que ofrece tres rasgos esenciales: el intento por abrir las disciplinas a unos nuevos usos colectivos y a unos paradigmas que evolucionasen las retóricas formales de cada momento; la superación del proyecto como simple metodología teórica y su transformación en herramienta con la que comprender y mejorar la esfera pública; el enfrentamiento a los conflictos ciudadanos sin el empleo de fórmulas corporativas, modelos preformateados o soluciones ejemplarizantes.
La presente muestra reúne 29 casos de estudio ordenados cronológicamente y reconstruidos mediante documentos, textos e imágenes que, en su mayoría, se enseñan por primera vez dentro de un contexto expositivo.
Línies dures. Edificis, disseny i urbanisme a Barcelona (1949-1974) comienza y termina con una misma preocupación por los lugares y las condiciones en las que viven las clases subalternas locales, es decir, empieza con el concurso «Vivienda Económica en Barcelona 1949» y termina con la publicación, en 1974, del Contra Plan de la Ribera, elaborado por el Laboratorio de Urbanismo de Barcelona (LUB), el cual respaldaba las reivindicaciones vecinales frente a la opción técnico-política oficial de reestructuración de la zona litoral.
La exposición se completa con un itinerario por cinco dependencias distintas —debidamente señalizadas— de la editorial Gustavo Gili, lo que permite entender su morfología arquitectónica original. Por último, se ha seleccionado una serie de imágenes que Francesc Català-Roca realizó sobre el edificio en el momento de la construcción y apertura.
Este reportaje, junto con las numerosas instantáneas del mismo autor incluidas en cada caso de estudio, forman un conjunto de más de un centenar de fotografías que se inscriben dentro de los actos conmemorativos por el centenario de su nacimiento"
Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none
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