"Del grupo de chalés que la Cooperativa de Periodistas hizo construir en el barrio de la Mulassa, éste es el más destacable. Especialmente por su depósito de aguas, convertido en mirador. Inspirada en la arquitectura popular y con un cierto aire centroeuropeo, sus diferentes volúmenes se relacionan elegantemente mediante unos tejados de aleros muy sobresalidos, sostenidos con viguetas. En lugar de las clásicas balaustradas, vemos barandillas de hierro, decoradas con guirnaldas.."
Ver: https://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=14615
Peris Mencheta, 54
"Casas para la prensa
La Ciudad de los Periodistas del barrio de Horta se levantó en las primeras décadas del siglo pasado
Xavier Theros
Hace sol y salgo a recorrer un espacio poco frecuentado por el
viandante, un rincón que hace una semana cumplió su primer centenario.
Más arriba del paseo Maragall, en las barriadas de la Font d'en Fargas y
La Salut se encuentran una serie de chalets y domicilios unifamiliares,
edificados en unas calles empinadas más propias de una urbanización
campestre que de una gran metrópoli. Aquí el aire parece más fino, y el
verde de los árboles asoma un poco por todas partes. Muchas de estas
casas presentan pequeños jardines y patios particulares, últimos
supervivientes entre bloques de apartamentos que todavía no han
conseguido borrar del todo la tranquila suavidad de estos paisajes.
Nuestra
historia comienza como una consecuencia de la crónica falta de vivienda
que ha sufrido esta ciudad. Para paliar aquella situación de penuria, y
ante el fenómeno creciente del chabolismo, a principios del pasado
siglo XX se promovieron una serie de iniciativas amparadas en la ley de
Casas Baratas de 1911, uno de cuyos ejemplos fue la creación de la
Cooperativa de Periodistas. Esta sociedad de carácter profesional
celebró su primera reunión general en febrero de 1914, y bajo la
presidencia de Arturo F. Bono (colaborador de El Noticiero Universal)
llegó a convertirse en uno de los agentes protagonistas en la
urbanización de esta parte de la ciudad. Aunque no eran exactamente los
colectivos para los cuales se había pensado la legislación, en la
práctica se acogieron a ella desde funcionarios municipales y militares,
a periodistas. Y lo que había sido un proyecto para dar hogar a quien
no lo tenía, en muchas ocasiones terminó favoreciendo la aparición de
barrios de clase media en terrenos apenas rescatados a su actividad
agraria.
Inicialmente, la Cooperativa de Periodistas adquirió tierras en
Horta, donde Pere Fargas y su esposa Montserrat Casanova de Fargas
llevaban diez años promoviendo la parcelación de sus fincas con el
objetivo de edificar un barrio residencial. Así pues, se empezó por el
entorno de la Font de la Mulassa, donde se edificaron los primeros ocho
chalets. El 7 de junio de 1915 se colocaba la primera piedra de la que
sería conocida como la Ciudad de los Periodistas, planificada por el
arquitecto Juli Maria Fossas que para ello se basó en el modelo de las
ciudades-jardín, intentando conciliar campo y urbe, y en el que cada
propietario podía proyectarse el domicilio a su gusto. Durante aquel
verano se sucedieron diversos actos benéficos en el Gran Cine Eldorado o
en el Salón Pompeya para recaudar fondos, se envió una delegación a
informar al Rey, y se organizaron excursiones campestres a fin de dar a
conocer el proyecto a los barceloneses. La conexión con la ciudad estaba
asegurada gracias a la línea del tranvía de Horta, que tenía su origen
en la plaza Urquinaona. La calle Maryland sería rebautizada
posteriormente en honor al Marqués de Foronda, presidente de la compañía
de tranvías que había regalado pases de transporte a los periodistas.
No pasó mucho tiempo hasta que se anunció la adquisición de nuevos
terrenos y la próxima apertura de una segunda fase, esta vez cerca de la
vecina Font d'en Fargas, donde se levantaron seis casas. Y una tercera
promoción de sesenta y cinco torres en el barrio de La Salut, entre Can
Baró, la plaza Sanllehy y el Parc Güell. Aquellas nuevas parcelas
suscitaron los primeros conflictos, pues el lugar era frecuentado por
recolectores de leña que talaban los árboles con hachas y sierras, lo
cual provocó las quejas de los cooperativistas ante el Ayuntamiento.
Pronto se vio que aquellas construcciones tenían poco de casas
baratas. En 1917, Alfonso XIII anunció una visita que no llegó a
producirse, y pagó una de las casas. Entre los protectores del proyecto
figuraban personajes tan conocidos como el marqués de Alella, las
familias Girona y Sanllehy, o el marqués de Marianao. Ese mismo año
cursó visita el presidente del Gobierno, el conservador Eduardo Dato,
que alabó las vistas y su calidad arquitectónica. En pocos años, la
Ciudad de los Periodistas obtuvo diversos premios y reconocimientos,
tanto nacionales como internacionales, favoreciendo la aparición de
iniciativas similares como las casas baratas para periodistas en la
madrileña localidad de Chamartín de la Rosa, o en la avenida Blasco
Ibáñez de Valencia. La real consideración de estas edificaciones, de
discutible relación con el espíritu de la ley de Casas Baratas que las
vio nacer, se tradujo en diversas trabas administrativas, sobre todo a
partir de 1927 cuando se dejó en suspenso la tramitación de los
expedientes para aquellas promociones. Ese mismo año se celebraba en
Barcelona el Congreso Nacional de Cooperativas de Casas Baratas, que
según la geógrafa Mercè Tatjer ascendían casi al medio centenar sólo en
Cataluña. La situación no se desencalló hasta 1934 gracias al presidente
del Sindicato Profesional de Periodistas, Jesús Ulled, a quien un año
más tarde se le dedicó una plazoleta en La Salut.
Durante la Guerra Civil, la Cooperativa de Periodistas repartió
comestibles y ayuda a todos los periodistas que pudiesen acreditar su
profesión, en su sede de la calle Salmerón (hoy Gran de Gràcia). En la
posguerra, diversas casas quedaron abandonadas, y muchas se
transformaron en escuelas o geriátricos.
Hoy todavía pueden verse antiguas torres modernistas en calles como
Marqués de Foronda, Peris Mencheta, o en la avenida Frederic Rahola.
Recuerdos de una época, cuando el campo tocaba a las puertas de
Barcelona y algunos periodistas vivían en una ciudad jardín."
Ver: https://elpais.com/ccaa/2015/06/12/catalunya/1434122608_570427.html"
La Font d'en Fargues o La Font d'en Fargas
es un barrio residencial de Barcelona situado dentro del distrito
municipal de Horta-Guinardó. Se encuentra al sur del barrio de Horta
y al norte del cerro de Rovira entre la fuente que le da nombre y el
torrente de la Carabassa. Alrededor de la fuente, que se decía que tenía
mucha calidad y propiedades, se celebraban fiestas y aplecs.
El barrio se urbanizó a partir de 1905, empezando por las tierras de la masía de Can Pujol por iniciativa de Pere Fargas i Sagristà en el estilo de la ciudad jardín. El nombre del barrio proviene de Fargas, y él también promovió la construcción de torretas en 1915.
El barrio tiene masías
y casas antiguas que han sido recicladas como casas de lujo. Tiene uno
de los colegios privados más antiguos de la ciudad, la escuela inglesa Princess Margaret School.
En la actualidad el barrio se ha convertido en un ejemplo de
urbanización para toda la ciudad. La mayoría de las viviendas están
conformadas por edificios que poseen de tres a cuatro pisos. Es uno de
los barrios desconocidos de la ciudad, al encontrarse al lado de la
montaña."
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/La_Font_d%27en_FarguesGracias por su aportación a: Rosendo Muñiz Soler
"CARRER DE PERIS I MENCHETA
La zona de los alrededores del paseo de Maragall no se empezó a
urbanizar hasta principios del siglo XX. Los terrenos que habían
pertenecido a las villas de Horta y de Sant Martí de Provençals
iniciaron el siglo abriendo una serie de calles, en las que se
construyeron casas de gran ostentación para una burguesía barcelonesa
que veía con gran deleite establecer su segunda residencia en estos
parajes. Una de las barriadas que se abrió fue la que se conoció con el
nombre de la Font de Fargas, porque era un lugar que disponía de una
fuente que decían donaba un agua con muchas propiedades sobre todo
curativas. El nombre de Fargas se le puso en honor al propietario de
aquellos terrenos que era don Pere Fargas i Sagristá, marqués de Fargas.
A principios del siglo XX por iniciativa del señor Fargas y su esposa
doña Montserrat de Casanova lograron que fuera una barriada de descanso
sobre todo dominical, donde iban a pasar un buen día de tranquilidad y
asueto las familias de Barcelona para disfrutar de su agua. Hubo un
momento que la cooperativa barcelonesa de periodistas empezó a abrir
unas calles en este barrio, para construir unas cuantas torres
destinadas a los miembros de su asociación. Fue el inicio de la apertura
de una serie de calles nuevas que empezaron por una calle original que
se llamó en principo calle Verdi hoy calle de Pedrell, que partía del
paseo de Maragall que se había conocido como el paseo de la Huerta y era
el camino que se seguía en lo más antiguo para ir de la vieja ciudad
amurallada de Barcelona a la antigua villa de Horta. Una de las calles
que se abrió en esta barriada de la Font de Fargas fue la denominada
como calle de Peris i Mencheta. Una calle que se abrió muy a principios
del siglo XX con el nombre de calle de la Calabaza. Atraviesa buena
parte de la barriada de la Font de Fargas, va desde el paseo de Maragall
hasta la calle Mari. Se llamó calle de la Calabaza hasta el año1917 que
el alcalde de Barcelona don Manuel Ríus i Ríus al comprobar que ya
existía otra calle en el barrio de la Ciutat Vella de Barcelona con el
nombre de calle Calabaza, eliminó el nombre de Calabaza a la calle de la
barriada de la Font de Fargas, que la dejó definida para siemre como la
calle de Peris i Mencheta. Lo hizo por mantener viva la memoria de
quien fue don Francesc Peris i Mencheta, un periodista valenciano que
había fundado en Barcelona un periódico vespertino que se llamaba "el
Noticiero Universal". El señor Peris i Mencheta falleció a los setenta y
dos años en Barcelona en 1916, por eso un año después en 1917 el
alcalde señor Rius le quiso dedicar una calle con sus apellidos de Peris
i Mencheta, y para ello eligió la antigua calle de la Calabaza del
barrio de la Font de Fargas. Esta es la historia de por qué existe una
calle en la barriada barcelonesa de la Font de Fargas, que desde el año
1917 hasta la actualidad la seguimos conociendo como la calle de Peris i
Mencheta. "