"La Cooperativa de Periodistas promovió la construcción de unos setenta chalets para sus socios, acogiéndose a la Ley de Casas Baratas que había aprobado el Gobierno en 1911. Se distribuyeron en tres zonas cercanas entre ellas: los barrios de la Salud, la Mulassa y Fargues, en este último sector se hicieron seis chalets, en 1918, todos ellos diferentes pero imbuidos del mismo estilo, plenamente noucentista, conservando tres en su estado original.
Una de ellas es la casa Altimis, con torreón lateral y tejados con prominentes voladizos soportados con viguetas. Le da carácter el tipo de acabado abujardado, de color ocre, en contraste con la imposta blanca que separa los dos pisos y el moldurado con guirnaldas que rodea las aberturas.."
Ver: https://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=14590
Pedrell, 38
"Casas para la prensa
La Ciudad de los Periodistas del barrio de Horta se levantó en las primeras décadas del siglo pasado
Xavier Theros
Hace sol y salgo a recorrer un espacio poco frecuentado por el
viandante, un rincón que hace una semana cumplió su primer centenario.
Más arriba del paseo Maragall, en las barriadas de la Font d'en Fargas y
La Salut se encuentran una serie de chalets y domicilios unifamiliares,
edificados en unas calles empinadas más propias de una urbanización
campestre que de una gran metrópoli. Aquí el aire parece más fino, y el
verde de los árboles asoma un poco por todas partes. Muchas de estas
casas presentan pequeños jardines y patios particulares, últimos
supervivientes entre bloques de apartamentos que todavía no han
conseguido borrar del todo la tranquila suavidad de estos paisajes.
Nuestra
historia comienza como una consecuencia de la crónica falta de vivienda
que ha sufrido esta ciudad. Para paliar aquella situación de penuria, y
ante el fenómeno creciente del chabolismo, a principios del pasado
siglo XX se promovieron una serie de iniciativas amparadas en la ley de
Casas Baratas de 1911, uno de cuyos ejemplos fue la creación de la
Cooperativa de Periodistas. Esta sociedad de carácter profesional
celebró su primera reunión general en febrero de 1914, y bajo la
presidencia de Arturo F. Bono (colaborador de El Noticiero Universal)
llegó a convertirse en uno de los agentes protagonistas en la
urbanización de esta parte de la ciudad. Aunque no eran exactamente los
colectivos para los cuales se había pensado la legislación, en la
práctica se acogieron a ella desde funcionarios municipales y militares,
a periodistas. Y lo que había sido un proyecto para dar hogar a quien
no lo tenía, en muchas ocasiones terminó favoreciendo la aparición de
barrios de clase media en terrenos apenas rescatados a su actividad
agraria.
Inicialmente, la Cooperativa de Periodistas adquirió tierras en
Horta, donde Pere Fargas y su esposa Montserrat Casanova de Fargas
llevaban diez años promoviendo la parcelación de sus fincas con el
objetivo de edificar un barrio residencial. Así pues, se empezó por el
entorno de la Font de la Mulassa, donde se edificaron los primeros ocho
chalets. El 7 de junio de 1915 se colocaba la primera piedra de la que
sería conocida como la Ciudad de los Periodistas, planificada por el
arquitecto Juli Maria Fossas que para ello se basó en el modelo de las
ciudades-jardín, intentando conciliar campo y urbe, y en el que cada
propietario podía proyectarse el domicilio a su gusto. Durante aquel
verano se sucedieron diversos actos benéficos en el Gran Cine Eldorado o
en el Salón Pompeya para recaudar fondos, se envió una delegación a
informar al Rey, y se organizaron excursiones campestres a fin de dar a
conocer el proyecto a los barceloneses. La conexión con la ciudad estaba
asegurada gracias a la línea del tranvía de Horta, que tenía su origen
en la plaza Urquinaona. La calle Maryland sería rebautizada
posteriormente en honor al Marqués de Foronda, presidente de la compañía
de tranvías que había regalado pases de transporte a los periodistas.
No pasó mucho tiempo hasta que se anunció la adquisición de nuevos
terrenos y la próxima apertura de una segunda fase, esta vez cerca de la
vecina Font d'en Fargas, donde se levantaron seis casas. Y una tercera
promoción de sesenta y cinco torres en el barrio de La Salut, entre Can
Baró, la plaza Sanllehy y el Parc Güell. Aquellas nuevas parcelas
suscitaron los primeros conflictos, pues el lugar era frecuentado por
recolectores de leña que talaban los árboles con hachas y sierras, lo
cual provocó las quejas de los cooperativistas ante el Ayuntamiento.
Pronto se vio que aquellas construcciones tenían poco de casas
baratas. En 1917, Alfonso XIII anunció una visita que no llegó a
producirse, y pagó una de las casas. Entre los protectores del proyecto
figuraban personajes tan conocidos como el marqués de Alella, las
familias Girona y Sanllehy, o el marqués de Marianao. Ese mismo año
cursó visita el presidente del Gobierno, el conservador Eduardo Dato,
que alabó las vistas y su calidad arquitectónica. En pocos años, la
Ciudad de los Periodistas obtuvo diversos premios y reconocimientos,
tanto nacionales como internacionales, favoreciendo la aparición de
iniciativas similares como las casas baratas para periodistas en la
madrileña localidad de Chamartín de la Rosa, o en la avenida Blasco
Ibáñez de Valencia. La real consideración de estas edificaciones, de
discutible relación con el espíritu de la ley de Casas Baratas que las
vio nacer, se tradujo en diversas trabas administrativas, sobre todo a
partir de 1927 cuando se dejó en suspenso la tramitación de los
expedientes para aquellas promociones. Ese mismo año se celebraba en
Barcelona el Congreso Nacional de Cooperativas de Casas Baratas, que
según la geógrafa Mercè Tatjer ascendían casi al medio centenar sólo en
Cataluña. La situación no se desencalló hasta 1934 gracias al presidente
del Sindicato Profesional de Periodistas, Jesús Ulled, a quien un año
más tarde se le dedicó una plazoleta en La Salut.
Durante la Guerra Civil, la Cooperativa de Periodistas repartió
comestibles y ayuda a todos los periodistas que pudiesen acreditar su
profesión, en su sede de la calle Salmerón (hoy Gran de Gràcia). En la
posguerra, diversas casas quedaron abandonadas, y muchas se
transformaron en escuelas o geriátricos.
Hoy todavía pueden verse antiguas torres modernistas en calles como
Marqués de Foronda, Peris Mencheta, o en la avenida Frederic Rahola.
Recuerdos de una época, cuando el campo tocaba a las puertas de
Barcelona y algunos periodistas vivían en una ciudad jardín."
Ver: https://elpais.com/ccaa/2015/06/12/catalunya/1434122608_570427.html
"La Font d'en Fargues o La Font d'en Fargas
es un barrio residencial de Barcelona situado dentro del distrito
municipal de Horta-Guinardó. Se encuentra al sur del barrio de Horta
y al norte del cerro de Rovira entre la fuente que le da nombre y el
torrente de la Carabassa. Alrededor de la fuente, que se decía que tenía
mucha calidad y propiedades, se celebraban fiestas y aplecs.
El barrio se urbanizó a partir de 1905, empezando por las tierras de la masía de Can Pujol por iniciativa de Pere Fargas i Sagristà en el estilo de la ciudad jardín. El nombre del barrio proviene de Fargas, y él también promovió la construcción de torretas en 1915.
El barrio tiene masías
y casas antiguas que han sido recicladas como casas de lujo. Tiene uno
de los colegios privados más antiguos de la ciudad, la escuela inglesa Princess Margaret School.
En la actualidad el barrio se ha convertido en un ejemplo de
urbanización para toda la ciudad. La mayoría de las viviendas están
conformadas por edificios que poseen de tres a cuatro pisos. Es uno de
los barrios desconocidos de la ciudad, al encontrarse al lado de la
montaña."
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/La_Font_d%27en_Fargues
Gracias por su aportación a: Rosendo Muñiz Soler
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