martes, 8 de septiembre de 2020

19/07/2020 Casa Batlló III: Interior

 "Para el interior del edificio Gaudí diseñó unos accesos en la planta baja bien diferenciados, con tres portales: uno de acceso a las viviendas, otro para la tienda y otro para las cocheras, siendo el primero de hierro y vidrio y los otros dos de madera. La planta baja tiene 735 m², de cuya superficie un 60 % está destinada a la tienda y la cochera, y el resto se divide entre dos vestíbulos —uno para los inquilinos y otro privado para los dueños de la casa—, la portería, una zona de trasteros y el patio central, donde se ubica el ascensor y las escaleras de servicio. El vestíbulo de acceso tiene forma rectangular y techos curvos, con suelo de mármol y una decoración de cerámica azul en la parte baja de la pared y de estuco en la superior. Esta zona fue reformada en los años 1990, en que se reconvirtió la cochera en un espacio polivalente para reuniones y convenciones.El ascensor fue adaptado a la normativa vigente en 1999 conservando su aspecto original.

En la parte central del edificio se ubica el patio de luces, que fue ampliado por Gaudí para conseguir una mayor iluminación y ventilación: tiene 13 metros de largo por 4 de ancho y 26 de altura, con un total de 54 m² de superficie. Este patio se cubrió con una claraboya de cristal sostenida por una estructura de hierro con forma de doble T, que apoya en una serie de arcos catenarios, y fue igualmente revestido de azulejos, con una ingeniosa gradación de color desde el azul de la parte superior hasta el blanco de la inferior, para mejor aprovechamiento de la luz, lo que provoca la sensación de estar en una cueva submarina. Tiene un total de 32 ventanas, con un doble diseño, una parte superior para la entrada de luz y unas rendijas inferiores para la ventilación. Asimismo, tanto el piso principal como los dos primeros tienen terrazas, cubiertas con barandillas de malla metálica. Por otro lado, la escalera de vecinos está cubierta tan solo por unos vidrios esfumados que permiten una amplia iluminación de todos los rellanos.

El sistema de plantas del edificio arranca del sótano, destinado a zonas de servicios y trasteros, así como a calderas y carboneras. Presenta un conjunto de diez columnas de soporte, que junto a los muros de carga sostienen el edificio. Este espacio también fue ampliado por Gaudí, que dobló su superficie. Durante los trabajos de ampliación se descubrió una pequeña cueva que debía servir de bodega o fresquera de la antigua masía que había en el emplazamiento del edificio, y que Gaudí decidió conservar. Restaurado entre 1989 y 1995, actualmente el sótano se dedica a eventos sociales y culturales.​

El resto de plantas, destinadas a viviendas, fueron diseñadas por Gaudí con el mismo esmero que la parte exterior del edificio, combinando las diversas artes industriales y decorativas (escultura, forja, vidriería, ebanistería, cerámica) para conseguir un conjunto armónico y estético, donde, como en el resto del edificio, predominan las líneas curvas. El piso principal —el de la familia Batlló— era el más grande, con una superficie de 400 m² (730 incluyendo el patio posterior). La decoración fue elaborada enteramente por Gaudí, que diseñó tanto el mobiliario como los diversos elementos decorativos que jalonaban la vivienda. El espacio más relevante era el salón principal, con un techo en forma de cielo raso de formas helicoidales en relieve, y donde destacaba el gran ventanal de la tribuna que daba al Paseo de Gracia, decorado con vidrieras en forma de disco de diferentes colores. Este salón incluía un oratorio, decorado con un retablo de la Sagrada Familia de Josep Llimona (actualmente conservado en la cripta de la Sagrada Familia), un Cristo de bronce de Carles Mani y unos candelabros de Josep Maria Jujol. El mobiliario original de Gaudí se conserva actualmente en la Casa-Museo Gaudí del parque Güell.

Otros espacios destacados del piso principal son: el recibidor, al que se accede por el vestíbulo privado de la planta baja a través de una escalera cuya forma recuerda la columna vertebral de un animal, y que algunos estudiosos interpretan como la cola del dragón de la fachada; la sala de la chimenea, utilizada como despacho por el señor Batlló, comunica el recibidor con el salón principal, y presenta una chimenea situada en una concavidad con forma de seta y recubierta de losas de material refractario, con unos bancos para sentarse a su lado inspirados en la casa tradicional catalana, mientras que la pared de la sala está decorada con pan de oro; y el comedor, ubicado en la zona posterior que da al patio trasero, donde destacan igualmente unos amplios ventanales, con una doble columna inspirada en las columnas del Patio de los Leones de la Alhambra de Granada, revestidas de trencadís de diversos colores, mientras que en el techo destaca un cielorraso con forma de gotas de agua. Otro elemento singular es el patio posterior, de 230 m2, diseñado también enteramente por Gaudí alternando el trencadís y los discos cerámicos, como en la fachada. El actual pavimento del patio no es el original, que se deterioró y hubo que sustituirlo; mientras que el de Gaudí era un mosaico hidráulico de formas abstractas, el actual presenta unos dibujos en cenefas, en tonos ocres y marrones. Destacan también las jardineras, de forma triangular y recubiertas de trencadís, un nuevo diseño gaudiniano.​

En cuanto al resto de plantas, destinadas a alquiler, Gaudí se limitó únicamente a redistribuir los espacios, sin modificar su estructura. Había un total de ocho viviendas de unos 200 m², distribuidas en cuatro plantas, que gozaban de todos los adelantos y comodidades para la época, desde calefacción y agua caliente hasta electricidad, sin descuidar el diseño y la estética. Cada vivienda contaba con una terraza que daba al patio de manzana, así como un trastero y un lavadero situados en el desván. Actualmente queda una vivienda habitada (en el tercer piso), y el resto se dedica a oficinas o espacios de convenciones.​

La última planta es el desván, de 460 m², donde se situaban los lavaderos, trasteros y otras zonas comunes y de servicios. Esta zona actúa además como cámara aislante para las viviendas, protegiéndolas de las rigurosidades del clima, como era habitual en las buhardillas de las casas solariegas catalanas. Por ello está concebida con una estructura diferenciada del resto del edificio, con una serie de arcos catenarios realizados en ladrillo revocados con yeso, que sostiene un sistema de bóvedas parabólicas sobre el que se alza la azotea, solución que el arquitecto empleó nuevamente poco después en la Casa Milà. Este sistema tiene ciertas semejanzas con el costillar de un animal, por lo que algunos interpretan sería el interior del dragón de la azotea. En la parte central del desván, la correspondiente al patio de luces, se sitúa la gran claraboya que protege el interior del edificio. El desván fue restaurado en 2004, y se instalaron una serie de hologramas y elementos expositivos sobre la vida y obra de Gaudí."

Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Casa_Batll%C3%B3#Interior

Passeig de Gràcia, 43

Fotos: Tony Codina, María Jesús Ramírez








 




























 





















 
 




















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