viernes, 14 de agosto de 2020

13/08/2020 Lleida. Balaguer. Monestir de Santa Maria de les Franqueses

 "El Monestir de Santa Maria de les Franqueses es un bien patrimonial localizado en el municipio de Balaguer, declarado bien cultural de interés nacional el 17 de diciembre de 1984

A tres kilómetros de Balaguer se alzan los restos del cenobio más antiguo de la ciudad. En el margen derecho del río Segre, en la huerta de Balaguer, se localiza la iglesia de Santa Maria de les Franqueses y los restos del monasterio, que configuraban un conjunto arquitectónico considerado parte del arte románico catalán, pero con elementos góticos introducidos por la orden del Cister. En la actualidad, sólo se conserva la iglesia y restos arqueológicos del monasterio. Hoy día, en el interior de la iglesia, se permite la liturgia religiosa y su espacio interior así lo permite, aunque años atrás, en su interior, había restos de una construcción que servía de vivienda y de almacén agrícola que durante mucho tiempo alejaron las prácticas religiosas del monumento.

Se trata de un monumento que nos sirve como documento histórico para entender la realidad sociocultural, política y artística de la localidad de Balaguer así como del condado de Urgell, entre los años 1186 hasta aproximadamente los años 1700. Una realidad que también nos habla del resto del territorio catalán de la época.

Historia
El año 1186, la condesa Dulça d´Urgell recibió de su hijo, Ermengol VIII, unas tierras en la huerta de Balaguer con el fin de construir un monasterio. Ese mismo año se comienza la construcción del monasterio, que se da a la orden del Cister. Un orden que se difunde por toda Europa con el apoyo de diferentes monarcas, entre otros: Luis VII de Francia, Fernando II de León o Ramon Berenguer IV de Barcelona. La comunidad de les Franqueses, formada por mujeres, gestionó el monasterio bajo la regla de San Benito. El monasterio fue fundado bajo la advocación de la Virgen, siguiendo la tradición de la orden cisterciense. Es probable, aunque no se tiene constancia documental, que las primeras monjas que llegaron con la fundación, provenían del monasterio cisterciense de Vallbona de les Monges, este fundado 1173.

Este monasterio se convirtió en un centro de formación religiosa cristiana y en definitiva un centro cultural muy importante para la localidad de Balaguer, en un periodo donde los condes de Urgell se centran en la conquista de los territorios musulmanes y la repoblación de los territorios conquistados. En este sentido los cristianos conquistan la ciudad de Balaguer en 1105, pero la zona donde se construye el monasterio de Santa Maria de lae Franqueses no cae bajo el control total de los cristianos hasta la conquista de Lleida el año 1149. Por lo tanto, es importante entender la función y la relevancia de este centro monástico y de muchos otros, ya que nos ayuda a entender el porqué de su fundación, de las donaciones y los privilegios que recibió el monasterio de les Franqueses durante muchos años. Ya que no sólo se trataba de un centro de fomento de la religión, además, gestionaba y controlaba las tierras bajo su poder, que en un principio eran cercanas al monasterio, pero, como veremos más adelante, posteriormente también gestionará territorios lejanos .

Desde el año de la fundación del monasterio hasta, aproximadamente, el año 1224, los bienes patrimoniales monásticos fueron creciendo, así se ve reflejado en varios documentos de todo tipo, como por ejemplo documentos de donaciones, compras, ventas, entre otros. Entre estos documentos también nos llega información de las diferentes abadesas que a lo largo de este periodo recibieron donaciones o adquirir bienes. El 1186 la propiedad del monasterio se limitaba a una partida de tierras cerca de Balaguer, donde se localizó, así se puede ver en el acta fundacional. Posteriormente cuenta con dos núcleos de expansión en Penelles y Baells. Hasta el 1206 los territorios bajo su propiedad se irán extendiendo incluyendo Vilanova de la Barca, Térmens, Pedrís, Ores y abrieron centros en Tamarit, Calasanz, Albelda y en territorios que se extendían por la ribera de los ríos Segre y Sió. Entre 1206 y 1224 amplía propiedades en Balaguer, Vilanova de la Barca, el Castillo de Montmurat y Menàrguens. Las dificultades para gestionar ciertos territorios, posiblemente influyeron en la crisis económica que experimentó a partir, aproximadamente, del siglo XIV, cuando además, los religiosos, rentas y las donaciones disminuyeron significativamente. Ante esta situación se vendieron bienes patrimoniales de diferente tipo, aun así no fue suficiente para salvar la economía del monasterio. Además, se llegó a infeudar el monasterio a Pere de Nula de Lleida. Aproximadamente hacia el año 1470, el Papa Sixto IV emitió una bula de supresión, para ordenar que las rentas se entreguen al Abad de Poblet, que gestionó el monasterio y las tierras por medio de monjes. En 1700 los monjes al cargo venden el monasterio a Francisco Portola de Balaguer, ya en esta época en ruinas.

Estado de conservación y aspectos relacionados
Del conjunto arquitectónico monástico se conserva la iglesia, del resto sólo se conservan restos arqueológicos. Se puede ver con facilidad, sobre el terreno, restos de un muro perimetral que rodeaba el conjunto, el claustro, la bodega, y otras estancias del monasterio. El terreno construido ocupa un espacio considerable, pero no se trataba de un conjunto de grandes dimensiones, como otros que se pueden encontrar dentro del territorio catalán, pertenecientes a la orden cisterciense. La iglesia mide una extensión longitudinal de unos 30,5 m, el crucero unos 18,70 m y los muros miden aproximadamente unos 1,8 m de anchura. La iglesia se sitúa al norte del conjunto y detrás del muro sur de la nave central de la iglesia se localizan los restos arqueológicos del resto del monasterio. El material principal empleado en la construcción es piedra arenisca, una piedra especialmente sensible al desgaste bajo la exposición a los fenómenos ambientales, esto sumado a que el emplazamiento y la iglesia se aprovecharon como vivienda y almacén agrícola, nos ayuda a entender el estado actual de conservación en que se encuentra. En cuanto a la vivienda y el almacén agrícola, se piensa que se construyeron durante el siglo XVIII y se mantuvo hasta el año 2004, cuando se llevan a cabo las primeras intervenciones de protección sobre este patrimonio.

Probablemente, entre los últimos años bajo el control del Monasterio de Poblet y la venta que se hace en 1700, las secciones que hoy faltan sufrieron mucho, a consecuencia de la menor intención de mantener el monasterio en buen estado, ya que en aquel período ya no cumplía la misma función con la que se fundó. Sobre este aspecto, hacia el 1650 Monfar escribe: "se conservan los claustros, los dormitorios, y otras estancias del monasterio, pero amenazan ruina por qué hace muchos años que se inhabitaron"

Atendiendo el tema de la conservación y el aspecto que hoy en día presenta el monumento, desde el año 2003 hasta el año 2015, se han llevado a cabo diferentes tipos de intervenciones, la mayoría de estas intervenciones dedicadas a la conservación preventiva y excavaciones arqueológicas. Por lo tanto, para concluir este apartado, podemos decir que el estado de conservación estructural actual de la iglesia es bueno, a  pesar del aspecto desfavorecido que presenta alguna sección exterior del edificio.

Descripción arquitectónica y los elementos decorativos
El edificio se levanta sobre una planta de cruz latina, formada por una única nave central de tres secciones, cubierta con bóveda de cañón apuntada y un transepto de única nave y tres secciones cubierta con bóveda de cañón de perfil semicircular. La cabecera, al este de la iglesia, está formada por tres ábsides, los tres semicirculares aunque desde el exterior sólo se ve semicircular el central, de mayores dimensiones y cubierto con una bóveda de cuarto de esfera. Los otros dos ábsides o absidiolos se sitúan uno a cada lado del ábside central, justo detrás de cada brazo del transepto, exteriormente presentan un cuerpo con forma prismática. Cada brazo del crucero se cubre con una bóveda de medio punto.

La nave central presenta dos arcos torales ligeramente apuntados sostenidos por columnas adosadas a pilastras que no llegan al suelo, exactamente se levantan del suelo unos 2 m. Las columnas acaban en callejones sin lámpara. En la cabecera, el arco triunfal es otro arco toral de medio punto que descansa en columnas adosadas a pilastras, en este caso sí que llegan hasta el suelo. Vemos un arco rebajado acabado en callejones sin lámpara prismáticos que probablemente soportaba un coro, este en la zona de los pies de la iglesia. Los brazos del transepto se abren por medio de arcos formeros.

Referente a las puertas de acceso, se conservan tres, la más tardía a los pies de la iglesia y una en cada brazo del transepto. La entrada situada a los pies de la iglesia presenta tres arquivoltas lisas, con boet y molduras de media caña. La puerta que se sitúa en el brazo sur del transepto, conectaba con el claustro y así se puede constatar gracias a los restos a nivel del suelo. Esta puerta presenta dos arquivoltas, una lisa y la otra decorada con bocel. En cuanto a la entrada del brazo norte del transepto, la puerta presenta una arquivolta lisa y un tipo de guardapolvo, formado con molduras de bocel, "tondos y fino boet exterior". 

La iglesia presenta diferentes puntos de aberturas hacia el exterior o ventanas para permitir la entrada de la luz natural en su interior. En el ábside central se sitúan tres ventanas abocinadas, con arcos de medio punto y una arquivolta lisa. Las absidiolos laterales presentan una ventana cada una, de "apretón simple, con arco de medio punto tallado en piedra monolítica rectangular". Además, un rosetón de cinco anillos y guardapolvos en el brazo norte del transepto, el brazo sur del transepto otra ventana, en este caso con arco de medio punto adovelado. Justo por encima de la entrada más tardía hay una gran ventana considerada gótica.

En la fachada superior se proyecta una cornisa levemente moldurada con ménsulas por debajo. Esta cornisa casi se proyecta por todas las fachadas superiores. La cubierta de la iglesia se cierra al exterior con losas, con un techo a dos aguas que se compone de 4 niveles.

Las obras de construcción avanzaron lentamente, como lo prueban las diferentes aberturas y molduras, que marcan el paso del segundo cuarto del siglo XIII (como el rosetón del brazo izquierdo del crucero) en, probablemente, el primer cuarto del siglo XIV (la puerta de los pies de la nave y la ventana gótica que hay sobre él). En todo caso, a pesar de tratarse de un monasterio cisterciense, su arquitectura responde plenamente a ejemplos románicos próximos como el de Sant Ruf de Lleida.

Por lo tanto la iglesia se empieza a construir en el último cuarto del siglo XII, con añadidos estructurales del siglo XIII y finales del XIV. Los diferentes elementos decorativos y estructurales, remarcan esta dilatación en el tiempo en relación con el proceso constructivo del edificio. Podemos hablar de ciertos elementos arquitectónicos comunes a la arquitectura cisterciense, pero los historiadores remarcan el hecho de que muchos de estos elementos son comunes en otras construcciones, de la misma época, que no pertenecen a la orden del Cister. Un ejemplo de este hecho es la iglesia benedictina de Santa María de Xalamera, que comparte muchas similitudes con Santa Maria de las Franqueses y que no pertenece a la orden del Cister. Por lo tanto la arquitectura de finales del siglo XII y principios del XIII, parece ser, era hasta cierto punto independiente a las órdenes religiosas que promovía las obras.

Sin dejar de lado todo lo expuesto anteriormente, cabe destacar la austeridad en cuanto a los elementos decorativos, donde vemos una vía expresiva artística alejada de las imágenes, en este sentido sí podemos hablar de cierto peso en la orden cisterciense a la hora de proyectar la decoración y la escultura del edificio. Vemos una decoración sencilla en los capiteles, el rosetón presenta la misma decoración en el interior que en el exterior, con decoración de mediacaña, junquillos, puntas de diamantes de ocho caras, pétalos de bajo relieve y una cruz griega con extremos redondeados. A una de las ménsulas de la cornisa se representa un rostro humano. Y también hay que destacar la calidad de las molduras"

Ver: https://ca.wikipedia.org/wiki/Santa_Maria_de_les_Franqueses

Fotos: Jordi Noguera 










































 Foto aérea: Google Maps

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