"18. Oficinas y talleres de ‘El Noticiero Universal’, 1963-1965
Arquitecto: Josep Maria Sostres
Ubicación: C. Roger de Llúria, 35
Las obras de Sostres se prestan a una precisa agrupación tipológica: casas de montaña, hoteles, casas para la costa mediterránea. Por su parte, el edificio de oficinas y talleres para El Noticiero Universal de la calle Roger de Llúria constituye una experiencia bastante única en la obra de Sostres, tanto por el programa desarrollado como por el sistema constructivo o por su propia ubicación en el centro urbano de Barcelona.
Se trata de una ampliación de los antiguos locales del periódico por medio de la anexión de un nuevo edificio, construido en la parcela contigua, cuya fachada mide unos ocho metros. La escasa dimensión de la obra y la aparente neutralidad de su configuración hacen del edificio de El Noticiero una arquitectura poco espectacular, escasamente llamativa.
Una primera visión puede proporcionar la imagen de un edificio silencioso y pasivamente integrado en su paisaje. Su trascendencia pública, en cambio, no ha respondido a estas características. El año de su terminación, 1965, obtuvo el premio FAD de arquitectura, que concede anualmente el Fomento de las Artes Decorativas a la obra más significativa realizada en Barcelona. Posteriormente, El Noticiero ha sido considerado un episodio importante de la moderna arquitectura barcelonesa y aunque no sería exacto decir que haya creado escuela, para muchos se ha convertido en una precisa referencia.
Finalmente, otro aspecto reseñable es el que se refiere a las cuestiones constructivas. Sobre los diversos forjados se coloca un emparrillado de guías, de manera que se repartan uniformemente las cargas debidas a la maquinaria de talleres.
En los puntos de apoyo, se colocan unas piezas de plástico que amortiguan las intensas vibraciones. Las fachadas son independientes del resto de la estructura: la posterior está formada por un muro cortina; la que da a la calle está fabricada como un forjado cerámico con las piezas colocadas verticalmente y adecuadamente armadas. Cuando conviene, las piezas de relleno son sustituidas por los vanos. El acabado, realizado en placas de piedra de Figueres, se sujeta al resto por medio de pinzas. El resultado es técnicamente pertinente, pero además demuestra el alto grado de conceptualidad y rigor con que Sostres se enfrenta a la resolución de los detalles.
2C Construcción de la ciudad, núm. 4, agosto 1975,
pág. 45"
Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none
"LÍNEAS DURAS
En 1985, Carles Martí y Xavier Monteys publicaron un artículo itulado «La línea dura», con el que presentaban el número de despedida de la revista 2C. Este texto recorría
el trabajo de un grupo de arquitectos —Hannes Meyer, Hans Wittwer, Mart Stam, Johannes Duiker o Evan Owen Williams, entre otros— que durante los años treinta, en el seno del Movimiento Moderno, priorizaron los problemas constructivos frente a las justificaciones estéticas. Martí y Monteys acuñaron incluso una nueva categoría para referirse a estos autores y a sus obras, a los que denominaron «el ala radical del racionalismo».
Parafraseando el título de aquel artículo, podríamos aventurar que, entre 1949 y 1974, se desarrolló en Barcelona un conjunto de propuestas desde el campo de la arquitectura, el diseño y el urbanismo que, vistas en perspectiva, constituyen «líneas duras» respecto a las tendencias hegemónicas de cada período, una suerte de tradición no siempre subrayada —acaso pendiente de recuperarse en el futuro— que ofrece tres rasgos esenciales: el intento por abrir las disciplinas a unos nuevos usos colectivos y a unos paradigmas que evolucionasen las retóricas formales de cada momento; la superación del proyecto como simple metodología teórica y su transformación en herramienta con la que comprender y mejorar la esfera pública; el enfrentamiento a los conflictos ciudadanos sin el empleo de fórmulas corporativas, modelos preformateados o soluciones ejemplarizantes.
La presente muestra reúne 29 casos de estudio ordenados cronológicamente y reconstruidos mediante documentos, textos e imágenes que, en su mayoría, se enseñan por primera vez dentro de un contexto expositivo.
Línies dures. Edificis, disseny i urbanisme a Barcelona (1949-1974) comienza y termina con una misma preocupación por los lugares y las condiciones en las que viven las clases subalternas locales, es decir, empieza con el concurso «Vivienda Económica en Barcelona 1949» y termina con la publicación, en 1974, del Contra Plan de la Ribera, elaborado por el Laboratorio de Urbanismo de Barcelona (LUB), el cual respaldaba las reivindicaciones vecinales frente a la opción técnico-política oficial de reestructuración de la zona litoral.
La exposición se completa con un itinerario por cinco dependencias distintas —debidamente señalizadas— de la editorial Gustavo Gili, lo que permite entender su morfología arquitectónica original. Por último, se ha seleccionado una serie de imágenes que Francesc Català-Roca realizó sobre el edificio en el momento de la construcción y apertura.
Este reportaje, junto con las numerosas instantáneas del mismo autor incluidas en cada caso de estudio, forman un conjunto de más de un centenar de fotografías que se inscriben dentro de los actos conmemorativos por el centenario de su nacimiento"
Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none
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