"El templo es de amplias dimensiones y gruesos muros. Con casi idéntica altura, las bóvedas son de crucería gótica; sus claves y entrecruzamientos lucen todo un catálogo de escudos y símbolos heráldicos de las principales familias de la nobleza cacereña.
Dentro de todo el conjunto sobresale el retablo mayor plateresco, realizado de 1547 a 1551 por Guillén Ferrant y Roque Balduque en pino de Flandes y cedro sin policromar, al estilo extremeño. Está dividido en tres cuerpos y cinco calles, con esculturas en alto relieve y figuras intermedias completas de los apóstoles; la calle central muestra motivos relacionados con la Virgen y con la infancia y pasión de Jesús. La talla más importante es la Asunción de la Virgen, en el centro del segundo cuerpo.(Ver entrada aparte)
La capilla de los Blázquez o del Santísimo Cristo contiene la talla del Cristo Negro de Cáceres, un crucifijo gótico del siglo XIV proveniente de un convento adyacente a la iglesia, ya desaparecido. También destacan la capilla de Santa Ana, de 1446, y la de San Miguel, de 1551, con artística reja decorada con escudos nobiliarios y un retablo barroco.
La sacristía destaca por la portada plateresca de Alonso de Torralba, realizada en 1527. Alberga el Museo de la Concatedral, con piezas litúrgicas y obras en plata de la región, pinturas religiosas, así como el sepulcro de Francisco de Godoy, capitán de Pizarro.
El 3 de junio de 1931 la iglesia fue declarada Monumento Histórico Artístico. En 1957 obtuvo la dignidad de concatedral de la diócesis de Coria-Cáceres siendo su Obispo Manuel Llopis Ivorra, que desde entonces comparte con la Catedral de Coria."
Ver:https://es.wikipedia.org/wiki/Concatedral_de_Santa_Mar%C3%ADa_de_C%C3%A1ceres
En la tribuna, realizada por Pedro de Marquina, a los pies de la nave central se encuentra un órgano de 1703 fabricado por Manuel de la Viña
(Manuel de la Viña me fezit, anno de 1703), que fue reformado en 1973
por la empresa Orgamusik. Este instrumento en la actualidad cuenta con
27 registros sonantes en dos teclados y pedal.
Accediendo a ella a través de una imponente portada renacentista ejecutada por Alonso de Torralba en el siglo XVI, la Sacristía alberga en su interior parte del Museo Catedralicio.
La Sacristía es el lugar presente en todas las iglesias, en el cual se custodian los vasos sagrados y las vestiduras sacras necesarias para la celebración de la Eucaristía.
En ella podremos admirar la belleza de diversos vasos sagrados y utensilios litúrgicos de todas las épocas: la custodia procesional del Corpus, cálices, incensarios, bandejas, antiguas cruces procesionales finamente labradas -como la cincelada por Juan Varela en el siglo XVII-; así como grandes esculturas, como es el caso de una Virgen Gótica del siglo XV y el Cristo Crucificado advocado “del Refugio”.
El espacio museístico se complementa con otras estancias, en las que es posible apreciar valiosos libros corales, de notable antigüedad, así como el facistol donde eran depositados para su lectura durante los oficios.
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