Historia
La montaña del Tibidabo pertenece a la sierra de Collserola y es el punto más alto de la ciudad de Barcelona (516,2 m). Su nombre proviene de una cita bíblica: haec omnia tibi dabo si cadens adoraveris me, «todo esto te daré si te prosternas ante mí para adorarme» (Mateo 4,9). Fue urbanizada a principios del siglo XX por iniciativa del doctor Salvador Andreu, con una amplia avenida que unía la avenida de San Gervasio con la montaña, que fue ocupada por casas unifamiliares al estilo de las ciudades-jardín inglesas. Para el transporte se instaló un tranvía en la avenida y un funicular para ascender a lo alto de la montaña (1901), donde se emplazó posteriormente el Parque de Atracciones del Tibidabo. Debido a su altura el templo es visible desde cualquier punto del llano de Barcelona, por lo que es un claro referente del skyline barcelonés.
La idea de construir un templo en lo alto de la montaña del Tibidabo surgió a finales del siglo XIX ante los rumores sobre la construcción de un templo protestante y un hotel-casino, ante lo que una «Junta de Caballeros Católicos» adquirió la propiedad del terreno, que cedió en 1886 al sacerdote italiano Juan Bosco (canonizado en 1934). Bosco estaba entonces de visita en Barcelona invitado por Dorotea de Chopitea, gran mecenas y promotora del proyecto. Surgió entonces la idea de hacer un templo dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, una advocación de moda en aquel entonces gracias al impulso del papa León XIII, siguiendo la línea del templo construido en Roma por el propio Bosco (Sacro Cuore di Gesù), así como del famoso Sacré-Cœur de París y otras iglesias homónimas francesas, como las de Lyon y Marsella.
En 1886 se construyó una ermita neogótica, inaugurada el 3 de julio, promovida por los salesianos, la congregación fundada por Bosco. Dos años más tarde, con motivo de la visita de la reina María Cristina a la montaña en el seno de los actos de celebración de la Exposición Universal, se urbanizó la carretera de Vallvidrera y se construyó al lado de la ermita un pabellón de inspiración mudéjar, que servía de mirador, posteriormente derribado.
El proyecto de construcción del templo sufrió un importante retraso debido sobre todo a la aparición de un nuevo proyecto para construir un observatorio astronómico en la cima del Tibidabo, que finalmente se hizo en una colina próxima (Observatorio Fabra) Finalmente, el 28 de diciembre de 1902 se colocó la primera piedra en un acto presidido por el obispo de Barcelona, Salvador Casañas i Pagès, quien en su discurso pidió una limosna para el «nuevo Montmartre de Barcelona» —en alusión a la famosa colina parisina donde se ubica el Sacré-Cœur—.Las obras se prolongaron hasta 1961 y fueron finalizadas por Josep Maria Sagnier, hijo del artífice del proyecto, Enric Sagnier.
Enric Sagnier fue un autor prolífico, posiblemente el arquitecto con mayor número de construcciones en la Ciudad Condal, cerca de 300 edificios documentados. De estilo ecléctico, con una cierta tendencia clasicista, estuvo cercano al modernismo de moda en la época en la capital catalana, pero interpretándolo de una manera sobria y funcional. Su principal fuente de inspiración fue la arquitectura medieval, sobre todo románica y gótica.
En el XXII Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Madrid en 1911 el Sagrado Corazón del Tibidabo fue nombrado Templo Nacional Expiatorio de España. A menudo se ha señalado la confrontación entre su ideario españolista frente al catalanista representado por el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí.
El 29 de octubre de 1961 el templo recibió el título de basílica menor, otorgado por el papa Juan XXIII
Iglesia
El interior está dividido en tres naves con ábsides semicirculares, con vidrieras y cuatro rosetones en las fachadas. En el altar mayor destaca el gran crucifijo obra de Joan Puigdollers. Las vidrieras del presbiterio están dedicadas a Pío X, san Juan Evangelista, santa Margarita María Alacoque, san Pablo y san Juan Bosco. El altar izquierdo tiene cinco vidrieras dedicadas a distintas advocaciones marianas: la Virgen de Antipolo (Filipinas), la Virgen de Luján (Argentina), la Asunción de María, la Virgen de Guadalupe (México) y la Virgen de la Caridad del Cobre (Cuba). El altar derecho está presidido por el Jesús resucitado, obra de Joan Puigdollers, y dedica sus vidrieras a advocaciones marianas españolas: la Virgen de la Almudena (Madrid), la Virgen de Nuria (Cataluña), Nuestra Señora de la Esperanza Macarena (Sevilla) , la Virgen de los Desamparados (Valencia) y la Virgen de Begoña (País Vasco).
Las vidrieras de las cuatro torres contienen la frase latina tibi dabo («te daré»), por el nombre de la montaña. Al nivel del coro figuran santos fundadores: san Marcelino Champagnat y san Juan Bautista de la Salle a ambos lados del presbiterio, y san Antonio María Claret, san José de Calasanz, san Juan Bosco y santa María Mazzarello junto a la fachada principal. Las vidrieras de las cuatro fachadas están dedicadas a san Francisco de Sales, Pío XI, san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier, Pío IX, santa Rosa de Lima, León XIII y Pío XII. Las ocho vidrieras de la cúpula representan escenas de la vida de Jesús.
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Templo_Expiatorio_del_Sagrado_Coraz%C3%B3n
Ver también: https://www.youtube.com/watch?v=oasKLSbbbjE&t=1s&fbclid=IwAR35GXCQcALCR9bRoywHlEDyxFlBmvCDGo5gYJ0GRyNjuUV_jS-xEwVCWcY
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