"Memoria
El proyecto es una rehabilitación de un antiguo edificio industrial del que sólo se ha recuperado la estructura principal de forjados. El programa del nuevo hotel era muy extenso para la reducida dimensión del solar (8 x 25 metros), de modo que el esfuerzo inicial se centró en encajar el gran número de habitaciones necesarias para su funcionamiento, además de dos nuevas escaleras y los servicios comunes.
Más tarde, nuestra atención se centró en la definición de la parte pública del edificio, es decir, los vestíbulos de las plantas tipo, de la planta baja, con la recepción y el bar, y de la fachada a la calle , reclamo principal del hotel.
La utilización del ladrillo a cara vista para la fachada fue voluntad del cliente, que valora en este material cerámico la gran durabilidad, el escaso mantenimiento y la calidez de sus colores. Esta voluntad del cliente, añadida a la personalidad del área donde se ubica el hotel, de marcado carácter teatral, dio como resultado una propuesta que experimenta con los colores del ladrillo cerámico y sus posibilidades de colocación.
El nuevo hotel pone en juego el tema del teatro, con su intensa actividad delante y detrás de la escena, convirtiéndolo en protagonista del antiguo edificio industrial. La fachada no está compuesta por ventanas, sino que construye un telón de bandas de colores que la cubre totalmente. Ahora, los habitantes del hotel aparecen y desaparecen entre el movimiento y los pliegues de estos cortinajes.
La fachada se organiza en continuidad con la planta baja. Tratándose de un terreno estrecho y largo tanto en planta como en alzado, siendo un plano casi espejo del otro a noventa grados, el proyecto se desarrolló en las dos dimensiones al mismo tiempo. La fachada desciende desde el punto más alto con todos los ladrillos en fila, a gran velocidad, y al llegar a la planta baja parece girar y entrar también muy rápidamente en horizontal, conduciéndonos hasta el fondo del solar.
Las tiras de ladrillos hacen eco de las franjas verticales de las casas vecinas de esta misma calle, continuando sus colores: amarillos, naranjas, rojos… Los ladrillos se colocan en vertical para expresar su función no llevando, y se sujetan a los forjados existentes con perfilería de acero, como un muro cortina.
En el detalle constructivo que indica el orden de colocación, los ladrillos parecen libros en una estantería. Mientras eran manipulados en la obra, sujetados por su lado más alto y atendiendo a la ordenación según los lomos de distinto color, convertían por unos segundos a los operarios en bibliotecarios.
Los distintos colores están agrupados en fajas más o menos anchas, a las que se suman las cinco pilastras de piedra artificial que enmarcaban la fachada del edificio original. Cada faja, formada por una cantidad variable de filas de ladrillos, tiene la junta horizontal continua, no trabada, siendo esta junta diferente para cada color. Esto da unidad a cada color, que corre como una banda independiente de las demás.
Al llegar a la calle, este telón se repliega más para abrir la entrada al hotel y su pequeño café. Allí, la fachada introduce el hueco de la calle hacia dentro en doble altura para dejar entrar y salir a los visitantes del hotel, creando una escalera intermedia entre la calle y el vestíbulo interior. Es un vestíbulo al aire libre, con las cortinas de ladrillo que hacen de celos y dejan entrever las casas de enfrente. En este vestíbulo salen a recibir el pavimento interior, también de bandas de dos colores, y unos volúmenes que, como ojos que controlan, contienen en su interior la recepción y una pequeña oficina para que el propietario del hotel suba a rendir cuentas, o una siesta.
En planta baja, situamos la escalera de clientes en el fondo del solar y en la esquina diagonal opuesta a la entrada. De esta forma conseguimos que, al entrar, la vista recorra la dimensión máxima del solar, disimulando sus dimensiones y haciéndolo aparecer mayor de lo que es. Esta dirección diagonal dirige los movimientos de personas y la ordenación de actividades de esta planta. Las diversas acciones que sucederán: registrarse, ir al bar, coger el ascensor… se producen contra las paredes medianeras, formando grosores laterales, rodeados de largas líneas que dan velocidad y acompañan el paso de un lado a otro de el hotel. Estas líneas se forman a partir de paredes que a veces llegan al suelo ya veces quedan colgando desde el techo, enmarcando al turista en cualquiera de estas situaciones, o ayudándole a desaparecer de escena rápidamente.
Autor: Flores & Prats Arquitectos"
Ver:https://www.arquitecturacatalana.cat/ca/obres/hotel-nuevo-triunfo
C. Cabanes, 34
Vista aérea: Google Map
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