"En el vestíbulo exterior del Edifici Comercial Aribau (Aribau, 185) hay un bajorrelieve de Josep Maria Subirachs, del año 1976. Está hecho con piedra de Ulldecona y ocupa toda la cerradura de pared, perfectamente integrada en la estructura de la entrada del edificio. Está inspirado en la llegada del cometa Kohoutek, descubierto en 1973, el cual aparece en la parte superior del mural, terminado en un rostro de mujer. En el lado izquierdo podemos ver unos círculos laterales que representan el Sol, la Tierra y el Tiempo. A su lado podemos ver la Luna en sus cuatro fases. Y debajo, a la derecha, el elemento más destacado: el vacío de una mano humana, representada con un gran realismo."
Ver: https://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=11033
Aribau, 185
Año: 1983 Piedra de Ulldecona
Esta escultura en piedra de Ulldecona pertenece a la etapa de la nueva figuración. Dentro de esta etapa hay un buen número de esculturas que toman la mujer como referente formal, entre ellas La diosa. En ella, el artista deja del todo descubierto el rostro de la deidad. Las facciones de la diosa aparecen en la concavidad de la piedra. Las rugosidades de la parte externa del bloque contrastan vivamente con la textura lisa de su interior. La finura de la concavidad transmite la protección que las deidades procuran a los humanos.
Es interesante el juego positivo-negativo que el artista ha usado para crear el efecto óptico por el cual parece ser un positivo, pese a tratarse de una escultura en negativo. También es destacable el efecto cinético que tiene lugar cuando nos desplazamos de un lado a otro sin dejar de mirarla, pues la escultura parece seguir nuestro movimiento.
Título: «La diosa»
Año: 1983
Técnica: piedra de Ulldecona
Edición: pieza única
Medidas: 112 x 65 x 40 cm
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Esta escultura en piedra de Ulldecona pertenece a la etapa de la nueva figuración. Dentro de esta etapa hay un buen número de esculturas que toman la mujer como referente formal, entre ellas La diosa. En ella, el artista deja del todo descubierto el rostro de la deidad. Las facciones de la diosa aparecen en la concavidad de la piedra. Las rugosidades de la parte externa del bloque contrastan vivamente con la textura lisa de su interior. La finura de la concavidad transmite la protección que las deidades procuran a los humanos.
Es interesante el juego positivo-negativo que el artista ha usado para crear el efecto óptico por el cual parece ser un positivo, pese a tratarse de una escultura en negativo. También es destacable el efecto cinético que tiene lugar cuando nos desplazamos de un lado a otro sin dejar de mirarla, pues la escultura parece seguir nuestro movimiento.
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