"El Pont del Diable (también llamado Aqüeducte de les Ferreres) es un puente acueducto romano levantado entre los lados del barranco de Els Arcs en el término de Tarragona, que llevaba agua del río Francolí a la antigua ciudad de Tarraco. Es uno de los acueductos más monumentales y bien conservados de la época romana y el más importante de Cataluña. Su gestión depende del Museo de Historia de Tarragona.
Historia
Aunque no se conoce la fecha exacta de la construcción del acueducto, parece probable que se hubiera levantado en el siglo I d. C., en la época del emperador Augusto, coincidiendo con el crecimiento de Tarraco por la urbanización de la parte alta de la ciudad, sede del Concilium provinciae de Hispania Citerior.
El acueducto estuvo en funcionamiento hasta la edad media. Fue restaurado en el siglo X —bajo el reino del califa Abd al-Rahmán III de Córdoba— y otra vez en el siglo XVIII. Durante el siglo XIX y el siglo XX se llevaron a cabo diversos trabajos de conservación para detener el deterioro del monumento.
En 1905 se declaró Bien Cultural de Interés Nacional y en 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como parte del Conjunto arqueológico de Tarraco. Tras la adquisición del terreno por el Ayuntamiento de Tarragona, se inauguró en 2005 el «Parc Ecohistòric del Pont del Diable» para proteger tanto el monumento como su entorno natural.
Entre 2009 y octubre de 2011 fue restaurado haciendo una representación de la época romana y permitiendo el paso de agua por el canal de la parte superior. Con la restauración se han conocido los materiales de construcción de la época, cómo se construyó el acueducto e incluso cuánta gente trabajó.
Dimensiones
El puente tiene una longitud de 217m. y una altura máxima de 27 m, sin contar la galería de conducción del agua, restaurada actualmente, que debía medir unos 2 metros más. Consta de dos niveles de arcadas sobrepuestas con 11 arcos en el nivel inferior y 25 arcos en el nivel superior. Los arcos tienen una anchura (luz) de 6,30 m, una altura de 5,70 m (donde no deben adaptarse al desnivel del barranco) y un grosor de 1,86 m. La distancia entre arcos es de 8 m. La cota del acueducto en el lado norte es de 56,8 my la lado sur de 56,4 m.
Construcción
Toda la estructura del puente fue construida en opus quadratum, bloques de piedra regulares cortados en forma de sillares ligeramente acolchados y colocados en seco, sin mortero en sus juntas. El canal que llevaba el agua (que se encontraba sólo en el piso superior), llamado Specus, fue construido en opus signinum, con un mortero impermeable a base de cal y arena. La piedra por la obra fue sacada de una cantera situada en una colina próxima al monumento, conocida como cuevas de la Pedrera.
Recorrido
La captación del agua en el río Francolí se hacía mediante una esclusa en un lugar llamado Torre del Comte, situado entre los pueblos de Rourell y Puigdelfí a unos 15 km de Tarragona. A partir de aquí fue conducida por un canal hacia Tarraco, primero en paralelo al río y desde el puente del Codony siguiendo las curvas de nivel aprovechando las pendientes naturales del terreno hasta llegar a la comilla del barranco dels Arcs que es salvó mediante el famoso puente acueducto. Al lado sur del barranco el canal seguía por el antiguo camino del Ángel y entraba en la ciudad por la actual avenida Catalunya donde el agua era recogida y depurada en un gran depósito, llamado castellum aquae (latín por torre de agua) y después distribuida por una red de tuberías de plomo en la zona residencial de Tarraco."
Ver: https://ca.wikipedia.org/wiki/Aq%C3%BCeducte_de_les_Ferreres
Vista aérea: Google Maps
"Leyenda del Pont del Diable
Cuenta la leyenda que …
«En tiempos de la dominación romana y ante la necesidad que sufría Tarragona de agua, hubo que construir un acueducto para unir dos colinas separadas por una profunda torrentera. La construcción iba adelante y cuando ya estaban listas las dos hileras de arcadas, las fuertes ventoleras y la furia de las tormentas derribaron el puente. El maestro constructor al ver el derribo del puente dijo desesperado que tan sólo el demonio podía hacer un puente de mil años de duración. Hecha esta afirmación se le presentó de repente Satanás y le dijo que él levantaría un puente esa misma noche con piedra de la cantera del Mèdol que sería de fuerte duración. Se le ofrecieron treinta bolsas llenas de moneda de oro y de plata. Más él no quería dinero. Decía que quería el alma del primero que bebiera el agua que pasara por el puente del diablo. Y trato es trato. El puente fue construido y al día siguiente el demonio esperaba al otro lado del puente el cumplimiento de la palabra dada. Mientras, el maestro y sus operarios desde la otra parte del puente le enseñaron un asno que fue el primer habitante que bebió de aquella agua.»
Dos versiones menos conocidas
Tal y como se indica en el artículo de la TarracoWiki,[7] existen diferentes leyendas locales, recogidas en el libro: «Leyendas históricas de Tarragona»[8]
La primera, es bastante parecida a la que se explica sobre el Puente del Diablo de Martorell, se titula: «El diablo y la doncella». Dice así:
« Quien vea por primera vez, o por enésima vez, el puente romano que, por sus arcos en forma de herraduras doradas, se le llama de Les Ferreres —aunque mejor sería llamarlo de Les Ferradures—, creerá que es una obra divina, una obra de ángeles... ¡Pero no es así! ¡Quién lo construyó fue el mismo Diablo!
Ahora os contaré cómo lo hace. Antes, pero tengo que advertirle que unos lo cuentan de una manera y otros de otra. Pero lo esencial, lo más importante es saber que el arquitecto fue el propio Satanás. La primera versión del hecho cuenta que, ya hace muchos siglos, una doncella debía ir a buscar agua cada día a una gran distancia de la ciudad y le enojaba mucho tener que subir y bajar tanto el valle que forma el lugar donde hoy se levanta el acueducto. El Diablo pactó con la doncella construirle un puente a cambio de su alma. Ella a su vez le puso una condición:
— Antes de que vuelva a salir el sol —le dijo— debe estar terminada tu obra; de lo contrario, mi alma estará libre de tu poder.
Riándose de estas tonterías, el Diablo empezó la obra con entusiasmo, dando ya por seguro la posesión del alma de la jovencita tarraconense.
Pero ese día..., Dios quiso que el sol saliera antes de tiempo, y el gallo, fiel cumplidor de su misión, como cada día, saludó al sol y, esta vez, con el mejor y más estridente quiquiríquico de su vida. Fue una lástima. Al Diablo le faltaba poco para terminarlo. Se quedó sin el alma de la doncella y Tarragona tuvo un acueducto, del que se ha servido mucho en el transcurso del tiempo.
La segunda, es genuinamente de Tarragona y se titula: "El jugador empedernido". Dice así:
« En Tarragona había un jugador empedernido que, a causa de su mala estrella, perdía en el juego todo lo que ganaba en el trabajo. Un día, habiéndose quedado sin un clavo, como ya tenía por costumbre, al salir de la taberna, desesperado, invocó al Diablo y, gritando, le dijo:
— Si consigues recuperar todo lo que he perdido y, además, que en lo sucesivo, cuando juegue, gane siempre, dentro de un año puedes venir a buscar mi alma.
El Diablo aceptó la proposición con mucho gusto. Pero Dios, creador y Señor de las almas y de los cuerpos, se interpuso entre ambos y le dijo al jugador.
— ¿Quién eres tú para disponer de mis cosas? Tu alma me pertenece. Y yo soy el Padre y será del Diablo si a mí me place. Le pongo una condición: que en una sola noche, exactamente dentro de un año, y antes de amanecer, se comprometa a hacer un puente de piedra tan grande como yo le indique. Si no es así, no tendrá el premio que le has ofrecido.
El Diablo, rabioso porque el Altísimo le desbarataba siempre los buenos negocios, se comprometió a construir el puente en el lugar indicado por Dios, entre la masía Pastor y la masía de los Arcos, a orillas del camino que conduce a la villa de Valls . Justo al año, tal y como se había pactado, se puso manos a la obra. Como un loco, cortaba las piedras que encontraba por los alrededores y, para ahorrar tiempo, las unía sin argamasa.
— Sólo que se mantenga de pie hasta el amanecer... —se decía.
Casi ya había culminado la obra; sólo le faltaba colocar la última piedra a la derecha del monumento -hoy todavía se nota esta deficiencia-, cuando el gallo de la masía de los Arcos se puso a cantar saludando el sol que salía del vientre de nuestro mar.
El pobre Diablo, sucio y extenuado por el trabajo ímprobo realizado en pocas horas, al escuchar el gallo y ver el sol, arrojó la piedra al suelo a la vez que de su boca negra salía una blasfemia fenomenal. Y huyó rabioso para que Dios no le atascara.
»
— versionada por Ruiz Porta
Curiosidades
El puente aparece en la película La teta y la luna de Bigas Luna del año 1994.
Visita
El acueducto se encuentra a unos 4 km de Tarragona, cerca de la autopista AP-7 (de Tarragona a Barcelona) y de la carretera N-240 (de Tarragona a Valls) en el barrio de Sant Salvador. Se puede acceder en coche particular hasta escasos metros del monumento. También se puede llegar en autobús urbano desde el centro de Tarragona con las líneas 5 y 85. La visita es libre."
Ver: https://ca.wikipedia.org/wiki/Aq%C3%BCeducte_de_les_Ferreres
Muy bueno.
ResponderEliminarHe tenido el gusto, hace muchos años, de traspasarlo por encima, cosas de juventud. Me hizo pensar en como los romanos picana la roca y le daban el desnivel justo para que el agua no se estancara ni se desbordara, y fluyera siempre a una velocidad constante sin horadar la roca.
Unos genios.
Salut