"El Teatro Albéniz es uno de los teatros más céntricos de Madrid. Se inauguró, con un aforo de mil butacas, en el año 1945, clausurándose en 2008. Tras diversos problemas legales, reabrió en 2022 como parte de un complejo de teatro hotel y sala de ocio. El teatro fue diseñado inicialmente por un conjunto de arquitectos, del que destaca finalmente Manuel Ambrós Escanellas.
Historia
El promotor Maximino Moro encarga a comienzos de los años cuarenta la construcción de un teatro a dos arquitectos: José Luis Durán de Cottes y Rafael López Izquierdo. Cuando la obra se encuentra avanzada se incorpora Manuel Ambrós Escanellas que se encarga de la fachada y de la decoración de interiores del teatro. La construcción se realiza sobre un solar de poco más de mil trescientos metros cuadrados, comenzando en 1943. Su inauguración, el 31 de marzo de 1945 dio lugar a un nuevo teatro en la zona centro de Madrid. La obra fue "Aquella noche azul" de Alfonso Paso hijo. Esta inauguración fue muy esperada en la ciudad, pero fue tomada con cierta polémica en los medios de comunicación. Alguno de los periódicos destaca el trazado del edificio, la decoración elegante de sus interiores y la labor como sala teatral. Los arquitectos iniciales del proyecto emitieron quejas acerca de los diseños reutilizados por Ambrós. Un objeto de polémica era el conjunto escultórico de la fachada, elaborado por el escultor Ángel Ferrant. Este conjunto escultórico (en realidad autómatas de madera), se encastraba en nichos específicos diseñados por Ambrós.
En los sótanos del edificio se instaló una sala de fiestas que se denominó primero Fantasía, pasando luego a denominarse Folies y finalmente Xairo. El edificio y las funciones teatrales gozaron de un periodo de esplendor en la década de 1970. El teatro fue alquilado por la Comunidad de Madrid en 1985 y en temporadas sucesivas albergó tanto festivales promovidos por las administraciones públicas como espectáculos teatrales privados.
A finales del siglo XX disfrutó del nivel de protección 1 en el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid. Pero en las revisiones del Plan posteriores no se logró alcanzar un nivel 2, lo que supuso finalmente que el teatro fuera un local de actuaciones. Una sentencia de 3 de junio de 2003 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid permitió a los propietarios del local convertir el edificio en un Centro Comercial.
El año 2006 el Teatro es adquirido por una empresa inmobiliaria ya que la Comunidad de Madrid había renunciado a su compra. Se anuncia el cierre definitivo del local. En diciembre de 2008, tras un montaje de La vida es sueño, el teatro fue clausurado.
Cierre y reapertura
Se creó una plataforma ciudadana denominada Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz que intentó mediante manifestaciones públicas e impulsando la declaración de Bien de Interés Cultural impedir la desaparición del local teatral y la preservación del hecho cultural que allí tuvo lugar. Esa plataforma, con el aval de más de 6000 firmas de ciudadanos e intelectuales, solicitó formalmente a la Comunidad de Madrid que el teatro fuera declarado Bien de Interés Cultural. La Comunidad de Madrid ni siquiera accedió a abrir el expediente para su tramitación lo que motivó que los promotores de la plataforma promovieran un recurso de alzada que también fue rechazado por la Comunidad de Madrid. Frente a ello, Eva Aladro Vico (portavoz) y Beltrán Gambier (abogado de la plataforma), promovieron un recurso contencioso administrativo que fue resuelto favorablemente por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid con fecha 15 de junio de 2011. Esta sentencia supone que el teatro está de momento preservado y que debe tramitarse la declaración de Bien de Interés Cultural originalmente pedida por la plataforma. En su día la Comunidad de Madrid decidió acatar la sentencia pero pospuso su ejecución hasta el momento en que la misma quedara firme. La sentencia ha quedado firme porque el Tribunal Supremo ha desestimado, con fecha 4 de diciembre de 2012, un recurso de casación interpuesto por la empresa Moro S.A., propietaria del teatro, interpuesto contra ella.
En cumplimiento de la sentencia, la Comunidad de Madrid dio inicio a la tramitación del expediente administrativo para la declaración del Teatro Albéniz como Bien de Interés Cultural. En su discurrir, y pese a los informes favorables de la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, la Real Academia de la Historia y el Consejo Regional de Patrimonio Histórico, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, resolvió definitivamente decidiendo rechazar la declaración de Interés Cultural. Contra esa decisión, la Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz interpuso un recurso de reposición que está pendiente de ser resuelto en la actualidad. En 2018, la Comunidad de Madrid lo declaró Bien de Interés Patrimonial elevando así su nivel de protección.
Adquirido por la inmobiliaria Silicius, fue sometido a una remodelación integral, junto con el antiguo Hotel Madrid, manteniendo los elementos protegidos y recuperando los autómatas de madera de la fachada de Ángel Ferrant. Bajo la denominación UMusic Hotel Madrid, forma parte de un complejo cultural y hotelero con 130 habitaciones, 898 butacas y una sala para eventos y espectáculos. Su apertura se produjo en noviembre de 2022 con el musical Company, dirigido y protagonizado por Antonio Banderas"
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_Alb%C3%A9niz
Calle de la Paz 11
"Los autómatas de madera de Ángel Ferrant vuelven a la fachada del Albéniz
Los autómatas de madera del escultor Ángel Ferrant están de vuelta en la fachada del Teatro Albéniz (calle de la Paz). El pasado 31 de marzo se colocaron en la fachada del céntrico teatro, que está acabando sus obras de rehabilitación, ocho de las once figuras que originalmente adornaban su frontal. Se trata de un retablo de figuras humanas, encargadas en 1943 para el propio teatro, que representan distintos tipos regionales y se llaman autómatas porque estaban provistas de un mecanismo formado por un cigüeñal y un pequeño motor que les permitía mover los brazos (tocando una guitarra, abanicándose, balanceando el torso...).
El Teatro Albéniz fue encargado a principios de los cuarenta a los arquitectos José Luis Durán de Cottes y Rafael López Izquierdo. Luego se incorporó al proyecto Manuel Ambrós Escanella, precisamente en la fachada y la decoración del coso. Ambrós creó los nichos para contener las figuras de Ferrant, que por cierto fueron muy polémicas y no gustaron, entre otros, a los arquitectos titulares del edificio.
Las figuras siguieron al filo de la polémica por su ubicación a la intemperie. En 1949 el viento se llevó una de las figuras, cayéndose sobre un coche aparcado. Y, al parecer, cuando el retablo se ponía en funcionamiento los conductores se quedaban mirándolo, por lo que se decidió dejar de ponerlo en marcha. Las figuras fueron desinstaladas en 1983, pasando a exponerse en vestíbulo del teatro.
El Albéniz, que forma una misma manzana con el antiguo Teatro Madrid –luego hotel, que da a Carretas y abrirá como hotel de lujo– es un buen ejemplo de edificio polifuncional, en el que siempre convivieron el teatro (convertido en cine en 1955), la sala de fiestas del sótano (Fantasía, Folies y Xairo, según la época) o una galería comercial. En 1985 la Comunidad de Madrid lo alquiló para usarlo como teatro y funcionó como espacio público hasta que este uso caducó por la inauguración de los Teatros de Canal, por lo que la administración pública renunció a su compra y en 2006 fue adquirido por una inmobiliaria que llegó a anunciar su demolición. En 2008 cayó por última vez el telón tras una función de La vida es sueño.
El final de la función propició entonces el comienzo de un movimiento ciudadano que hizo mucho ruido en la sociedad madrileña de la época, la Plataforma de Ayuda al Teatro Albéniz, que se propuso convertir el teatro en Bien de Interés Cultural para preservarlo. Tras algunas negativas, se consiguió que fuera declarado Bien de Interés Patrimonial en 2015, una protección inferior que alcanza al escenario, el patio de butacas, las escaleras y los accesos a las tres plantas, además del nombre y el uso artístico del espacio. En 2017 se creó la socimi Silicius para poner en marcha un hotel en la parte del solar que da a Carretas –el Hotel Madrid–, procediendo para ello a la rehabilitación a la que obliga la declaración de Bien de Interés Patrimonial del teatro, de la que se hizo cargo Antonio Ruiz Barbarin, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid. La idea de los propietarios, según trascendió en 2019, es alquilar el teatro a un operador privado para su explotación.
Ángel Ferrant comenzó su carrera en Madrid en la estela del realismo más clásico, pero un viaje a París en 1913 le dio a conocer el Futurismo. Se relacionó con el mismo Marinetti, con quien mantuvo una relación epistolar. Después de distintos destinos relacionados con la carrera docente y artística, volvió a Madrid en 1934.
Desde Junta Delegada de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico, tuvo un papel relevante durante la guerra en la puesta a salvo de obras de arte y en el seno de la nueva institución realizó el fichero fotográfico de las obras recogidas por la Junta.
El retablo del Albeniz supuso su vuelta a la carrera artística tras la guerra. En lo sucesivo, aceptó algunos encargos alimenticios, como los relieves de la columna del Descubrimiento en La Rábida, y se volcó en una obra más intimista sobre objetos hallados —conchas, piedras o palos—, perspectiva desde la que conectó con la Escuela de Altamira del pintor alemán Mathias Goeritz. Aún obtuvo en 1960 el premio especial de escultura en la XXX Bienal de Venecia, solo un año antes de su fallecimiento."
Gracias por su aportación a:Enrique S Beléndez Castañeda
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