"Edificio residencial de planta baja y dos pisos que esconde una iglesia parroquial. Fue sede de la Unión Cooperativista Barcelonesa, inaugurada en 1931. (La Unión Cooperatista Barcelonesa, una de las cooperativas obreras de
consumo más importantes de la ciudad, se fundó en 1927 a partir de la
fusión de dos entidades más antiguas del barrio, El Rellotge y La
Dignitat. En su época de máximo esplendor llegó a los dos mil socios, lo
que representaría el consumo de más de siete mil personas. Su actividad
se prolongó durante décadas y contó con tres sucursales, la de
l’Eixample, y una en Les Corts y otra en el Raval. En concreto, la sede
de la calle Comte d’Urgell se inauguró en 1931 y un atril delante del
edificio recuerda su historia y se destaca que fue “un núcleo potente de
sociabilidad y educación popular” con varias secciones, desde música,
teatro, excursionismo, atletismo a esperanto, ajedrez o un pionero grupo
de mujeres. También disponía de un gran salón de actos que albergó
relevantes congresos del movimiento cooperativo, entre los que
participaron personajes tan destacados como el president de la
Generalitat Lluís Companys o la que fuera exministra de Sanidad de la
Segunda República, Federica Montseny. El edificio tuvo un teatro,
también usado como cine, además de horno de pan, café o biblioteca.)
En 1945 se habilitó la planta baja para convertirla en iglesia parroquial. En el año 1978 se levantó un edificio de nueva planta en el interior de la manzana, a la que sólo se puede acceder atravesando el vestíbulo del edificio.
En 2021, el Arzobispado de Barcelona y el Hospital Clínic llegaron a un acuerdo para convertir la parroquia de Sant Isidor en un centro de investigación sanitaria"
Ver: https://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=17828#
Ver también: https://bcnroc.ajuntament.barcelona.cat/jspui/bitstream/11703/135158/1/Unio_Cooperativista_web.pdf
Urgell, 176-180
"El Hospital Clínic transformará una iglesia del Eixample en un centro de investigación
El Hospital Clínic de Barcelona y el centro tecnológico Leitat invertirán más de 34 millones de euros, que esperan conseguir de fondos europeos, en un nuevo centro de innovación tecnológica sanitaria que se construirá en los terrenos que actualmente ocupa la iglesia de Sant Isidor de Barcelona, en la calle de Urgell (Eixample), 176.
Tras llegar a un acuerdo con el Arzobispado de Barcelona, que ha cedido el uso del terreno durante 75 años a cambio de un canon anual, el Hospital Clínic y Leitat construirán en el lugar, en la calle Comte d'Urgell, el Clinical Advanced Technologies Institute (CATI), un centro de innovación en tecnología sanitaria con vocación de referencia internacional. Está previsto que los fieles de Sant Isidor --cuyo edificio se derruirá-- sean acogidos en la vecina iglesia de Sant Josep Oriol, de manera que "todas las personas que lo deseen puedan participar de la actividad celebrativa y pastoral" en esta otra parroquia, ha informado la archidiócesis en un comunicado este miércoles.
El nuevo centro ocupará unos 8.000 metros cuadrados y su construcción supondrá una inversión de 21,7 millones, mientras que otros más de 32 millones se destinarán a equiparlo y dinamizarlo, que serán financiados principalmente mediante fondos europeos.
El Clinical Advanced Technologies Intitute (CATI) contará también con la participación de la Universitat de Barcelona (UB), el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona (HSJD) y el IDIBAPS y sus objetivos principales serán potenciar el conocimiento tecnológico y transferible en tecnología sanitaria, y vincularlo con el sector industrial.
Según ha informado el Hospital Clínic en un comunicado, la iniciativa quiere ser también una fuente para generar puestos de trabajo cualificados, retener talento y aumentar la competitividad de nuestro sector de la salud.
Muy cerca del hospital
El director general del Hospital Clínic, Josep M. Campistol, ha explicado que el impulso de CATI "debe ser una gran oportunidad para coordinar proyectos entre multinacionales, empresas locales y emprendimiento para generar tecnología conjunta y nuevos modelos de negocio con financiación privada , que puedan apoyar también a start-up y potenciar las Pymes locales".
El director general del Clínic ha destacado "la vocación innovadora" del centro sanitario y la necesidad de potenciar este ámbito "para continuar siendo un centro de referencia internacional".
Campistol ha resaltado "la facilidad de haber llegado a un acuerdo con el arzobispado para poder construir un centro muy cerca de la actual ubicación del Clínic y de los edificios de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud y del IDIBAPS, lo que nos permite tener concentradas en un mismo espacio la innovación, la investigación, la asistencia y la docencia y continuar haciendo de la izquierda del Eixample unos de los polos más importantes de la salud en el sur de Europa".
El director del Centro de Diagnóstico por la Imagen del Clínic y coordinador del proyecto, Lluís Donoso, ha avanzado que CATI está diseñado para hacer aportaciones significativas en la aplicación de la tecnología y la innovación en salud y se sustentará con aportaciones públicas y privadas.
Sinergias
El doctor Esteve Trias, director técnico de Terapias Avanzadas del Clínic y director médico de Leitat, ha destacado las sinergias entre ambas instituciones promotoras, especialmente para conseguir "la excelencia como valor esencial del CATI, que debe permitir generar un entorno de confianza para empresas que son referencia mundial en tecnologías digitales aplicadas a la salud y hacer llegar tecnologías sanitaria 'Made in Barcelona".
Además de los impulsores, ya han mostrado su intención de contribuir y enriquecer la iniciativa el Barcelona Institute for Global Health, el Barcelona Supercomputing Center, el Barcelona ßeta Brain Research Center, el Centro de Medicina Comparativa y Bioimagen de Catalunya (IGTP), el Centro para la Integración de la Medicina y las Tecnologías Innovadoras CIMT y el Consorcio de Salud y Social de Catalunya.
También Fomento de las Artes y del Diseño, la Fundación Barcelona Mobile World Capital, la Fundación Pasqual Maragall, el IESE Business School, Universidad de Navarra, la Unión Catalana de Hospitales y numerosas empresas tecnológicas como Canon Medical Systems, Carl Zeiss Iberia, Cellnex, Dräger, Ficosa, Fresenius, Medtronic Ibérica, SENER Diagnostics o Siemens Healthineers, entre otras."
Vista aérea: Google Maps
"El movimiento vecinal y el cooperativista se alían contra el derribo de la parroquia de Sant Isidor de Barcelona
El
edificio, que fue sede de la Unió Cooperatista Barcelonesa, se demolerá
para levantar un centro de investigación sanitaria vinculado al Clínic
Maria Ortega
16 abr 2021
La
parroquia de Sant Isidor, en la calle Urgell de Barcelona, ya no
tiene ningún uso religioso: el pasado domingo se celebró la última misa y
el Vaticano ha autorizado su desacralización. También se han marchado
entidades como el esplai que acogía. Y ahora el edificio, que mantiene
muy poco uso, ya espera el derribo. Es lo que acordaron el arzobispado
de Barcelona y el Hospital Clínic, que se quedará el terreno en derecho
de superficie durante 75 años a cambio del pago de un canon con el
objetivo de convertirlo en el Centro de Innovación en Tecnología
Sanitaria: un nuevo edificio de ocho plantas (el actual tiene tres) y
dos subterráneas. Un proyecto que impulsa conjuntamente con el centro
tecnológico Leitat y que quiere que sirva para acoger a centros de
investigación y desarrollo de grandes compañías referentes del sector
sanitario y tecnológico. La iniciativa, sin embargo, ha topado con el
rechazo de parte del movimiento vecinal de la Esquerra del Eixample y
también de las entidades que defienden el patrimonio cooperativo.
Unos
y otros se han sentido heridos por la "falta de transparencia" con la
que se ha movido el proyecto y con la decisión de echar por el derecho
con la demolición, obviando que el edificio fue la sede de la Unión
Cooperatista Barcelonesa, la cooperativa obrera de mayor envergadura de
la ciudad. Lamentan, por un lado, la "despatrimonialización del barrio" y
la falta de espacios pensados para el uso vecinal, y, por otro, que
no se haga honores al pasado cooperativista de la ciudad. Y todo con el
debate sobre dónde debe realizarse la ampliación del Clínic y el
movimiento vecinal para blindar el recinto de la Escuela Industrial de
trasfondo.
El edificio de la calle Urgell, que acabó siendo
adquirido por la Iglesia, fue construido en 1930, en pleno esplendor del
movimiento cooperativo, para acoger la fusión de las cooperativas El
Rellotge y La Dignidad, que se habían unido bajo el paraguas de la Unión
Cooperatista Barcelonesa y no paraban de crecer en socios. Las obras
les costaron más de 330.000 pesetas de la época y el edificio, que se
inauguraría en 1931, se pensó para que pudiera albergar una gran sala de
teatro, hornos de pan de vapor, un café, una biblioteca y los despachos
de las diferentes secciones (música, teatro, excursionismo, esquí,
atletismo, ajedrez y esperanto). Todo ello a medida de las necesidades
gracias al trabajo de las propias familias cooperativistas.
La
dinámica del lugar, como tantas cosas, cambió con la victoria
franquista, puesto que la actividad inicialmente fue restringida y la
sociedad después entró en una dinámica de adversidades económicas y de
necesidad de venderse patrimonio, como recoge la Fundació Roca Galés.
Esta fundación es una de las firmantes del manifiesto en defensa de
mantener el edificio de la parroquia y fue la entidad que en 1977,
cuando se certificó la disolución de la cooperativa, se comprometió a
asumir sus deudas y guardar su documentación. Entonces el edificio de la
calle Urgell ya pertenecía a la Iglesia y había empezado a acoger la
Escuela IPSI (Institución Pedagógica San Isidoro). "Lo que defendemos es
recuperar la memoria de la Unión Cooperatista Barcelonesa y, al mismo
tiempo, garantizar que se da algún uso vecinal en el espacio", defiende
Xavier Palos, de Roca Galés.
Un modelo híbrido
Desde
el punto de vista vecinal, entidades como el Casal de Jóvenes Queix o
el ateneo en construcción de la Esquerra del Eixample reivindican que el
edificio se enfoque en paliar la falta crónica de equipamientos del
barrio y que se exploren fórmulas híbridas, como la que se aplicó en la
conversión de la antigua sede de la ONCE de la calle Calàbria en el
nuevo espacio Calàbria 66, donde conviven usos como las oficinas de
Barcelona - Servicios Municipales y espacios de uso vecinal. El
manifiesto, que este sábado por la tarde se leerá en un acto de protesta
que también contará con una mesa redonda sobre cómo abordar la
protección del patrimonio, pide una planificación global de los
equipamientos en el Eixample antes de decidir dónde se hará la
ampliación del Clínico. La ampliación del hospital, dicen, "no puede
pasar por encima de todo".
En este sentido, Sandra
Bestraten, del Colegio de Arquitectos de Cataluña, que se ha movilizado
para proteger a la Escuela Industrial de la posible ampliación
hospitalaria, asegura que se mantienen al margen del conflicto por la
parroquia de Sant Isidor porque se prioriza la protección del recinto
industrial –sobre todo, por el valor del espacio libre de construcciones
y de la diversidad de usos que acoge– y que no quieren poner bastones
en las ruedas en el nuevo centro de innovación: "No podemos ponernos en
contra todo", dicen.
Desde el Ayuntamiento defienden que se
analicen preceptivamente cualquier proyecto que pueda comportar derribo y
que no se concederá ninguna licencia sin la valoración favorable de la
comisión del Eixample, que pedirá la documentación histórica y
arquitectónica necesaria antes de tomar ninguna decisión."
"El Eixample recupera la memoria de la antigua sede de la Unión Cooperatista Barcelonesa
24 de noviembre de 2022
Memoria histórica. Un atril de memoria histórica recordará el pasado cooperativista de este emblemático edificio situado en el barrio de la Esquerra del Eixample.
Este domingo, 27 de noviembre, a las 12 horas, tendrá lugar el acto de descubrimiento del atril que recordará la historia de la antigua sede de la Unión Cooperatista Barcelonesa, un edificio emblemático del barrio de la Esquerra del Eixample, exponente del movimiento cooperativista de la ciudad.
El acto empezará con los parlamentos institucionales del concejal del Distrito, Pau Gonzàlez Val, y la presidenta del Distrito, Eva Baró Ramos. Estará conducido por la consejera de memoria histórica del Eixample, Carme Méndez.
A continuación, Marc Dalmau, cooperativista, especialista en historia cooperativa, sociólogo, doctor en antropología y autor del texto del atril, explicará la historia de la cooperativa y del proceso de recuperación de la memoria de este edificio gracias a la importante tarea del vecindario y las asociaciones del barrio de la Esquerra del Eixample.
También participará la historiadora Mercè Tatjer, que relatará el papel que tuvo el edificio en el contexto de los valores sociales, políticos y educativos de sus socios y en el mundo cooperativo pasado, presente y futuro.
Finalmente, tendrá lugar el descubrimiento del atril, que estará ubicado en la misma calle Comte d’Urgell 176, delante de la fachada del edificio.
Un poco de historia
El edificio de la Unión Cooperatista Barcelonesa se fundó en 1927 de la
fusión entre dos cooperativas vecinas, El Reloj (1901) y La Dignidad
(1903). Se instaló en el inmueble del Eixample a partir de 1931 y se
convirtió en todo un símbolo del movimiento cooperativista de la ciudad.
El edificio disponía de un gran salón de actos, donde se celebraron encuentros y mítines de personalidades ilustres del primer tercio del siglo XX. Entre otros espacios,también había un café, un horno de pan y una biblioteca.
Hasta hace poco más de un año, la finca acogía la parroquia de Sant Isidor y fue la movilización popular la que evitó su derribo."
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