lunes, 18 de septiembre de 2023

31/05/2023 Exposición Línies Duras XXVII: Edificio Frègoli

"26. Edificio Frègoli, 1972-1975

Arquitecto: Esteve Bonell

Ubicación: C. Madrazo, 54-56

El programa del edificio Frègoli acoge un total de 22 viviendas tipo dúplex de unos 86 m2 cada una, varios locales en planta baja y un par en el sótano. En un principio, estos últimos debían destinarse a la creación de un teatro, fruto de la relación entre Joan Brossa ¡ y el arquitecto e inspirados por la huella que el actor transformista Leopoldo Fregoli había causado en ellos. Finalmente, las ordenanzas no lo permitieron y se tuvo que descartar la idea.
 

Este conjunto de viviendas fue la primera obra del recién graduado Esteve Bonell. Con ella no solo se dio a conocer, sino que también devino una declaración de principios contra las tendencias brutalistas que caracterizaban muchos de los proyectos realizados hasta entonces por despachos de renombre barceloneses. Bonell buscó un mayor grado de abstracción mediante una arquitectura blanca, volúmenes paralelepípedos simples y una tipología mínima y muy depurada en formato dúplex que seguía las corrientes europeas de los años veinte y treinta. nFrègoli fue, por lo tanto, un anuncio al concepto de (re)inicio.

Un intento por demostrar que algunas vías de la arquitectura moderna, racionalista, seguían aún abiertas y debían ser exploradas.

Mònica Soto, Docomomo"

Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none    









"LÍNEAS DURAS

En 1985, Carles Martí y Xavier Monteys publicaron un artículo itulado «La línea dura», con el que presentaban el número de despedida de la revista 2C. Este texto recorría

el trabajo de un grupo de arquitectos —Hannes Meyer, Hans Wittwer, Mart Stam, Johannes Duiker o Evan Owen Williams, entre otros— que durante los años treinta, en el seno del Movimiento Moderno, priorizaron los problemas constructivos frente a las justificaciones estéticas. Martí y Monteys acuñaron incluso una nueva categoría para referirse a estos autores y a sus obras, a los que denominaron «el ala radical del racionalismo».

Parafraseando el título de aquel artículo, podríamos aventurar que, entre 1949 y 1974, se desarrolló en Barcelona un conjunto de propuestas desde el campo de la arquitectura, el diseño y el urbanismo que, vistas en perspectiva, constituyen «líneas duras» respecto a las tendencias hegemónicas de cada período, una suerte de tradición no siempre subrayada —acaso pendiente de recuperarse en el futuro— que ofrece tres rasgos esenciales: el intento por abrir las disciplinas a unos nuevos usos colectivos y a unos paradigmas que evolucionasen las retóricas formales de cada momento; la superación del proyecto como simple metodología teórica y su transformación en herramienta con la que comprender y mejorar la esfera pública; el enfrentamiento a los conflictos ciudadanos sin el empleo de fórmulas corporativas, modelos preformateados o soluciones ejemplarizantes.

La presente muestra reúne 29 casos de estudio ordenados cronológicamente y reconstruidos mediante documentos, textos e imágenes que, en su mayoría, se enseñan por primera vez dentro de un contexto expositivo.

Línies dures. Edificis, disseny i urbanisme a Barcelona (1949-1974)  comienza y termina con una misma preocupación por los lugares y las condiciones en las que viven las clases subalternas locales, es decir, empieza con el concurso «Vivienda Económica en Barcelona 1949» y termina con la publicación, en 1974, del Contra Plan de la Ribera, elaborado por el Laboratorio de Urbanismo de Barcelona (LUB), el cual respaldaba las reivindicaciones vecinales frente a la opción técnico-política oficial de reestructuración de la zona litoral.

La exposición se completa con un itinerario por cinco dependencias distintas —debidamente señalizadas— de la editorial Gustavo Gili, lo que permite entender su morfología arquitectónica original. Por último, se ha seleccionado una serie de imágenes que Francesc Català-Roca realizó sobre el edificio en el momento de la construcción y apertura.

Este reportaje, junto con las numerosas instantáneas del mismo autor incluidas en cada caso de estudio, forman un conjunto de más de un centenar de fotografías que se inscriben dentro de los actos conmemorativos por el centenario de su nacimiento"

Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none


Gracias por su aportación a: Rosendo Muñiz Soler

"CARRER DELS MADRAZO
A mediados del siglo XIX muchos campos de labranza de la villa de Sant Gervasi de Cassoles empezaron a urbanizarse, para construir una serie de calles que dieran alojamiento a nuevas casas que exigían muchos catalanes indianos que venían cargados de dinero de las Américas. Una de estas calles fue la dels Madrazo que se abrió en el año 1864 coincidiendo con el nacimiento del nuevo Eixample, que se estaba construyendo a la vera de las derruidas murallas de la vieja ciudad de Barcelona. La calle dels Madrazo era una calle larga que atravesaba toda la villa de Sant Gervasi de Cassoles, hasta allegarse hasta la villa de Gracia. Se la conoció entonces a un tramo como la calle de Nuestra Señora del Carmen, y otro que se llamaba calle de Colón. En el año 1897 la villa de Sant Gervasi de Cassoles al igual que otras tantas poblaciones de las que circundaban la vieja ciudad amurallada, se unieron a la creciente Barcelona convirtiéndose en nuevos barrios de la misma. Esto provocó la duplicidad en el nombre de muchas calles, sobre todo las que tenían nombres de santos. Buena parte de este problema lo solucionó en el año 1907 el alcalde de Barcelona don Domènech Sanllehy, que cambió el nombre de muchas calles por ejemplo la de Nuestra Señora del Carmen y la calle de Colón en el barrio de San Gervasio, que las nominó desde entonces un tramo como la calle de Progreso, y a la prolongación que se iba abriendo en la calle la bautizó como el carrer de Molins de Rey. Y con los nombres de Molins de Rey y de Progreso se mantuvo esta calle hasta el año 1953 que el alcalde de Barcelona don Antonio María Simarro i Puig decidió dejarla bautizada para siempre como la calle dels Madrazo, en honor a la familia de los Madrazo, una destacada estirpe de pintores españoles donde tanto padres como hijos y también nietos, se consagraron en la producción de infinidad de obras pictóricas de una trascendencia verdaderamente entrañable. Y desde el año 1953 ha permanecido esta calle del barrio de San Gervasio barcelonés con el nombre dels Madrazo, que es el que sigue manteniendo en la actualidad"

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