"19. Edificio Banca Catalana, 1965-1968
Arquitectos: Josep Maria Fargas y Enric Tous
Ubicación: P. de Gràcia, 84
Cuando los arquitectos Enric Tous y Josep M. Fargas resultaron vencedores del concurso restringido convocado por Banca Catalana, con su fachada modulada —una simple fachada nada más, en su momento— es indudable, a la vista de los resultados actualmente obtenidos, que debieron quedar a salvo de la inquietud que, tal vez para cualquier otro, hubiese supuesto tener pendiente de resolución la integración de esa fachada con el complejo resto que debía cerrar. Con toda seguridad tendrían ya desde entonces planteada la cuestióny el problema se apuntaría implícitamente en su diseño, con el doble significado de sus caras. La exterior, la fachada por antonomasia, representativa, esteticista, conceptualmente afín con la arquitectura del Ensanche, único recurso aparente de un edificio a media manzana, entre medianeras, es envoltorio fabuloso, más que elemento de cierre, sutil y transparente. La cara interior, por el contrario, es funcional y exacta, hasta el punto de que lo que desde su anverso podría apresuradamente interpretarse como espacialmente elemental, o intuirse insuficientemente regulador del proceso espacial interior-exterior, adquiere desde el reverso la precisa consistencia de lo claramente definitorio.
En efecto, aquel proceso aparece desarrollado en tres etapas: núcleo central, ámbitos periféricos y elemento de cierre.
Pero, de entre todas ellas, en esa última, radica la originalidad del tratamiento espacial, empezando por reconocer la paradoja de centrarlo precisamente en la geometría bidimensional de un plano. Y, sin embargo, es así al resultar contenida la proyección hacia el exterior por el sorprendente predominio ambiental de las opacidades respecto de los grandes huecos acristalados, que no superan nunca la mera condición de aberturas necesarias.
Es preciso insistir que lo que, visto desde fuera, podría parecer derroche y exceso de transparencia, se transfigura desde dentro en mesura y comedimiento, en virtud de las distintas funciones exigidas al cerramiento: continuidad, succión, «entrada libre», por así decirlo, en el primer caso; y amparo, intimidad, hueco proporcionado, en el segundo.
Ángel Serrano Freixas, «Un edificio diseñado»,
Cuadernos de arquitectura, núm. 70, 1967,
págs. 24-29"
Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none
"LÍNEAS DURAS
En 1985, Carles Martí y Xavier Monteys publicaron un artículo itulado «La línea dura», con el que presentaban el número de despedida de la revista 2C. Este texto recorría
el trabajo de un grupo de arquitectos —Hannes Meyer, Hans Wittwer, Mart Stam, Johannes Duiker o Evan Owen Williams, entre otros— que durante los años treinta, en el seno del Movimiento Moderno, priorizaron los problemas constructivos frente a las justificaciones estéticas. Martí y Monteys acuñaron incluso una nueva categoría para referirse a estos autores y a sus obras, a los que denominaron «el ala radical del racionalismo».
Parafraseando el título de aquel artículo, podríamos aventurar que, entre 1949 y 1974, se desarrolló en Barcelona un conjunto de propuestas desde el campo de la arquitectura, el diseño y el urbanismo que, vistas en perspectiva, constituyen «líneas duras» respecto a las tendencias hegemónicas de cada período, una suerte de tradición no siempre subrayada —acaso pendiente de recuperarse en el futuro— que ofrece tres rasgos esenciales: el intento por abrir las disciplinas a unos nuevos usos colectivos y a unos paradigmas que evolucionasen las retóricas formales de cada momento; la superación del proyecto como simple metodología teórica y su transformación en herramienta con la que comprender y mejorar la esfera pública; el enfrentamiento a los conflictos ciudadanos sin el empleo de fórmulas corporativas, modelos preformateados o soluciones ejemplarizantes.
La presente muestra reúne 29 casos de estudio ordenados cronológicamente y reconstruidos mediante documentos, textos e imágenes que, en su mayoría, se enseñan por primera vez dentro de un contexto expositivo.
Línies dures. Edificis, disseny i urbanisme a Barcelona (1949-1974) comienza y termina con una misma preocupación por los lugares y las condiciones en las que viven las clases subalternas locales, es decir, empieza con el concurso «Vivienda Económica en Barcelona 1949» y termina con la publicación, en 1974, del Contra Plan de la Ribera, elaborado por el Laboratorio de Urbanismo de Barcelona (LUB), el cual respaldaba las reivindicaciones vecinales frente a la opción técnico-política oficial de reestructuración de la zona litoral.
La exposición se completa con un itinerario por cinco dependencias distintas —debidamente señalizadas— de la editorial Gustavo Gili, lo que permite entender su morfología arquitectónica original. Por último, se ha seleccionado una serie de imágenes que Francesc Català-Roca realizó sobre el edificio en el momento de la construcción y apertura.
Este reportaje, junto con las numerosas instantáneas del mismo autor incluidas en cada caso de estudio, forman un conjunto de más de un centenar de fotografías que se inscriben dentro de los actos conmemorativos por el centenario de su nacimiento"
Ver: https://ajuntament.barcelona.cat/lavirreina/es/exposiciones/lineas-duras/666#none
No hay comentarios:
Publicar un comentario