"Bar Pastís
El Bar Pastis es un bar mítico, localizado en la calle de Santa Mónica de Barcelona, donde se sirve pastis, un licor típico de la Occitania oriental hecho a partir de anís y regaliz.
Historia
El local fue fundado en 1947 por el matrimonio Folch, en el barrio del Raval, con la idea de hacer un típico bar de estética francesa y recuperar para Barcelona el ambiente de los bares del puerto de Marsella. El primer propietario pintó los cuadros de inspiración existencialista que se pueden ver en el establecimiento. Además, el local se decoró con piernas de mujeres de maniquíes con los talones en el techo, una lámpara que recuerda los burdeles franceses, imágenes de actrices y cantantes francesas y objetos antiguos.
En los años ochenta, José Ángel de la Villa, el nuevo propietario añadió un escenario para espectáculos de música en vivo. Los martes había tango; los miércoles, cantautores; los jueves, poesía, y los fines de semana, música variada. La chanson francesa, desde la inauguración del bar, ha estado siempre muy presente y a menudo se puede escuchar a sus principales representantes: Aznavour, Piaf, etc.
La orden de cierre
En 2008, el Ayuntamiento socialista exigió la insonorización del local pero el propietario se negó. La insonorización implicaba tirar las paredes y hacerlo todo nuevo, destruyendo la esencia del local. Con todo, el Ayuntamiento cursó una orden de cierre. Finalmente, se logró mantener el local abierto después de la recogida de casi 3.000 firmas, la difusión de las amenazas de cierre en los medios de comunicación y un concierto reivindicativo que tuvo lugar en la sala Luz de Gas, en el que actuaron Paco Ibáñez, Pi de la Serra y muchos otros artistas
Ver: https://ca.wikipedia.org/wiki/Bar_Past%C3%ADs
"El mítico Bar Pastís reabrirá bajo la tutela del London Bar
El bar Pastís, icono –sino reliquia– de la Barcelona canalla que antaño fue el barrio chino, se ha vuelto a salvar in extremis. Esta vez, sin causar apenas revuelo y abriendo una nueva etapa. Los nuevos dueños del London Bar modernista, la familia que impulsa el Circ Raluy, han adquirido el negocio de la calle Santa Mònica y lo están acondicionando para poder reabrir en septiembre.
“Hemos cerrado unas semanas para limpiarlo y arreglarlo, pero vamos a mantener la misma estética y la música francesa”, detalla Magda Viegas, encargada del London Bar. “Serviremos coctelería clásica”, añade. Ambos locales están a poca distancia de la Rambla y han hecho bandera desde sus inicios de su parroquia intelectual y bohemia y de la música en vivo, un género cada vez más escaso en Barcelona por las exigencias de insonorización que imponen consistorio y vecinos.
El Pastís se ha resistido a capa y espada a adaptarse al turismo de masas que impera en el centro de Ciutat Vella, a pesar de que lo recomiendan casi todas las guías internacionales. José Ángel de la Villa ha sido su propietario desde los años 80 y sucedió a la viuda del fundador, Quimet (Joaquín Ballesteros), que se había criado en la Argelia colonial y abrió este pintoresco garito en 1947 a imagen y semejanza de las tabernas portuarias francesas. El nombre del bar alude al licor típico de Marsella a base de aguardiente de anís y regaliz, que es la bebida estrella de este microcosmos entre obrero y marinero.
Naufragios y resistencia
El motivo del traspaso, aclara Viegas, es la “jubilación” merecida de De la Villa “tras 38 años” al pie del cañón. Extraoficialmente, no es ningún secreto que los números no cuadraban desde hacía años, el alquiler de renta antigua se extinguió y las denuncias por ruido de un insistente vecino acechaban a este frágil antro. Se le conocen al menos tres amenazas de cierre inminente, en 2008, 2012 y 2015, todas seguidas de exclamaciones de apoyo ciudadano. También el London Bar estuvo a punto de desaparecer a causa de denuncias por ruido y el fallecimiento de su histórica propietaria, Eli Beltrán.
Se dice que por el pequeño Pastís han pasado artistas –al micrófono– y literatos –en la barra– del calibre de Paco Ibánez, Mayte Martín, Georges Moustaki, Vázquez Montalbán, Goytisolo, Aute, Joaquín Sabina, Javier Bardem e incluso Picasso y Dalí. Su decoración inclasificable es fruto de 71 años de acumulación de objetos variopintos, desde cuadros de Quimet y referencias a Edith Piaf hasta botellas, carteles o pegatinas.
Su atmósfera de penumbra y luces rojas ha dado cobijo durante dos décadas a cantautores y pequeños grupos de géneros muy diversos, desde blues y rock hasta folk latinoamericano. Programaba dos o tres –o cuatro– actuaciones por semana, sin calendario fijo, según los ofrecimientos que llegasen a la barra del bar. También programaba jueves de poesía y martes de tango. Los espectáculos eran gratuitos, aunque con consumición obligatoria.
Y luego vino la pandemia...Carrer de Santa Mónica 4
Ver fotos del interior aquí: https://baresautenticos.com/2013/01/14/bar-pastis/
05/02/2023
Algún brebaje de estos , y en ese mismo lugar, nos hemos metido entre los años 60 y 70.
ResponderEliminarHabía un piano de pared que se había baqueteado lo suyo.
Además, añadir que está situado en lo que es el epicentro del bautizado "Barrio Chino" por Paco Madrid, allá por 1920, en su novela "Sangre en Atarazanas", que circundaba la isla interior entre F Layret (Paral lel) , Rambla Santa Mónica, Hospital, La Cera y Ronda Sant Pau.