Diciembre 13, 2013
Explicados por la propia escultora Montserrat Garcia Rius
Leer la biografía del Beato Francesc Castelló, captar todos los sentimientos y sentir gran emoción, todo esto es principal para poder empezar cualquier realización escultórica. Sin emoción no hay creación. Es básico sentir para poder transmitir también emociones a los espectadores. Todo ello hará que la escultura en piedra, o en este caso de bronce, tenga un alma y sea hecha y pensada con el corazón. Entonces es cuando siento una paz interna, una ilusión, para poder desarrollar todo mi trabajo más creativO. De hecho para mí la escultura es una necesidad espiritual para vivir.
Lo primero de todo es hacer unos dibujos frontales y de perfil, y un esbozo de un desnudo en barro de unos 80 cm. A continuación hago un molde de silicona, para hacer una copia de escayola y así poder guiarme con este modelo, y ampliar por compases en la medida que convenga. Después se calculará una gran armadura de hierro, que será la estructura para aguantar la estatua de 2,30 metros. El paso siguiente es modelar la escultura sin vestir, sólo haciendo y pensando en la anatomía, con barro refractario de primera calidad -casi 500 kilos de barro-. No todos los artistas siguen esta disciplina. La mayoría la trabajan vestidos directamente, pero para hacerlo mejor se debe hacer primero desnuda, como digo, trabajando la anatomía humana antes que nada, respetando los cánones y sobre todo el equilibrio y las proporciones.
Una vez terminada la escultura, se deben hacer los moldes pertinentes de silicona que después se llenarán de cera. Esta cera se debe retocar y trabajar para sacar las imperfecciones, porque después donde está la cera perdida, en su lugar, se llenará con bronce líquido y quedará la figura de bronce en positivo, que será la definitiva.
En cuanto a su vestimenta he tenido en cuenta que se trata de un personaje del año 1936: por lo tanto, los pantalones son muy anchos, porque son de la época, y el cinturón alto. Era un chico muy elegante, y he querido, pues, reflejar su elegancia y su firmeza, por ejemplo, marcando la raya del pantalón y muy bien peinado, con una raya muy marcada, apuesto, y esbelto. Hay que recordar que medía 1,87 metros de altura, tal como explican sus hermanas, y que siempre iba muy bien vestido.
Respecto al retrato, también me esforzado mucho en la semejanza de su rostro, la fisonomía. Es todo un reto para un retrato que sea el personaje. No solamente tiene que estar bien hecho, sino que se debe parecerse: debe ser él. Aunque no he tenido toda la documentación necesaria, que me hubiera gustado tener, para hacerlo más real. En cuanto a la mirada, será desafiante, valiente, mirando directamente a los ojos de la persona que tiene delante a punto de matarlo. Tendrá su brazo derecho levantado, con la mano reafirmando su fe. Todo ello hará que esta escultura hable, como he dicho antes, que tenga "alma", como es mi tónica en todas mis obras. Esta mano tiene que hablar: no es una mano débil sino fuerte, indicadora de su convencimiento.
Mi estilo es que me explico con los vaciados de la materia dentro de una abstracción. En esta escultura no existe la abstracción, es de las más figurativas que he hecho nunca. Me gusta la escultura de grandes formatos: ahora apenas he acabado en piedra las estatuas de San Bruno y San Bernardo, de unos cuatro metros de alto, que en breve se ubicarán en el ábside del Templo de la Sagrada Familia. De hecho tengo una buena preparación física para poder hacer este trabajo, también para poder subir y bajar de los andamios. Aunque sea fuerte, necesito ayuda para estos grandes formatos. Por lo menos, mi fuerza mayor es mi firme vocación.
En cuanto al pedestal, su material será de acero Corten, con una inclinación de 45 grados, que producirá la sensación que se separa del pedestal hasta un metro del suelo, como si volara y subiera hacia el Cielo."
Ver: https://beatofranciscocastello.com/alguns-secrets-del-procediment-dexecucio-de-lescultura-del-beat-francesc-castello/
Jardines Institut Químic de Sarrià
Fotos: Jose Campoy
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