domingo, 12 de abril de 2020

27/10/2019: La Paloma II: Interior

"CASA-FÁBRICA LA PALOMA

Sala de baile que mantiene la fisonomía de la fundición original, una nave de planta libre y cubierta de cerchas circulares de 20 m de ancho atirantadas con hierro. El rasgo distintivo del espacio es la decoración interior: en 1915 se construyó la galería del primer piso con cuatro escaleras en los ángulos para acceder a los palcos y se encargaron las pinturas del techo. En 1919 se crea una ornamentación más lujosa con molduras y relieves con ribetes dorados, y en 1928 se colocó la gran lámpara del techo. Se trata de un ejemplo de implantación en la vida ciudadana, a finales del siglo XIX, de las actividades de ocio, tal como ocurrió con la sala de baile de La Patacada (véase la ficha CASA-FÁBRICA ANTICS MAGATZEMS NADAL de la programación del festival)."

Arquitectos / Año
Antes de 1843 (fábrica), Josep Calzada (maestro de obras - reforma fundición), 1855, (reforma sala de baile), 1903, Alarma i Moragas (escenógrafos - reforma Sala de Ball La Paloma), 2019

Ver: https://www.48hopenhousebarcelona.org/es/los-edificios/casa-fabrica-la-paloma/

"Vuelve La Paloma



La centenaria sala de baile La Paloma reabrirá sus puertas después del verano. Lo anuncian los propietarios de este negocio de la calle Tigre, del barrio del Raval, Mercè March y su hijo Pau Solé, bajo la reluciente lámpara que siempre iluminó esta pista... La verdad es que aquí dentro todo brilla, todo reluce... el pan de oro de sus molduras y de sus ninfas, hasta las pajaritas de repuesto amontonadas que siempre tuvieron a mano por si algún músico perdía la suya. Y nada hace pensar que el lugar ya suma doce años cerrado.
“Estamos terminado todas las obras de insonorización y de mejoras de la seguridad que nos requiere el Ayuntamiento para poder volver a funcionar –prosiguen explicando madre e hijo–. Todo está prácticamente listo. Confiamos en que el Consistorio dé el visto bueno a estos trabajos muy pronto y podamos reabrir la sala después del verano, en septiembre u octubre. La Paloma ya está preparada. Si no fuera por el angelito que tenemos aquí...”.

Es que Mercè y Angelito no dejaron de venir a La Paloma durante todo este largo cierre. Todos los días. Como si la sala permaneciera abierta, como si nada pudiera fallar, como si las parejas emperifolladas estuvieran haciendo cola frente a la puerta, con ese contoneo que te entra cuando sales a bailar, frente a su cartel. Y de este modo, año tras año, Mercè y Angelito cambiaron las bombillas fundidas de los palcos, limpiaron el polvo de las barras y taburetes, abrieron las puertas y dejaron que corriera el aire, espantaron a las humedades, al moho y al abandono.

Sí, Angelito es una persona, concretamente el conserje de esta discoteca: Angelito Dan, para más señas. Al parecer Angelito es un nombre muy común en Filipinas. Allí no es ningún diminutivo. No, Angelito no vive en el Raval, sino en el Clot. “Sí, creo que ya llevo más tiempo trabajando aquí con las puertas cerradas que abiertas, más o menos –dice huidizo, muy tímido–... siempre procurando que todo esté a punto, que nada se estropee. Yo vengo, miro... y, si encuentro una gotera, la arreglo. Sí, supongo que cuando todo esto vuelva a llenarse de gente me parecerá un poco raro”. No es la primera vez que La Paloma trata de reabrir sus puertas. En realidad durante su largo cierre nunca tuvo otro objetivo.

“Nuestra idea es recuperar los orígenes de La Paloma –retoma Pau–, traer orquestas y montar sesiones de baile a la vieja usanza. Creemos que de este modo podemos ofrecer un ocio de calidad que también atraiga a la gente joven y que sea compatible con la vida cotidiana del barrio. También pretendemos plantear una oferta especializada, eventos muy concretos. Pero sobre todo queremos ser muy prudentes en todo lo que se refiere a la madrugada. En este sentido, ya tuvimos varios contactos con el Ayuntamiento”.

Los pinchadiscos, la música electrónica y las fiestas hasta última hora que caracterizaron la oferta de La Paloma durante sus últimos años no están ahora en la agenda de sus responsables, al menos por ahora. “El siguiente paso es contratar personal ¡a ver cuántos podemos recuperar de la antigua plantilla! y luego perfilar la programación artística”. “Yo, lo que tengo muchas ganas de volver a escuchar –tercia Mercè– es aquella que decía ‘una palomita, dos palomitas... ¡la maté! pum, pum... y me la comí frita”.

¡Cachimba!

Unas cuantas décadas atrás La Paloma acostumbraba a abrir sus puertas de emergencia para refrescar a sus bailarines, y entonces la música de la orquesta inundaba las calles. Un vecino se quejaba de tanto en tanto... sobre todo tras las sesiones en las que los músicos desafinaban. Y durante las Guerra Civil fue empleada como galería de tiro. Pero todos aquellos tiempos forman parte de un pasado muy lejano de la ciudad. La reapertura de La Paloma es una noticia muy bonita, invita a escribir un montón de metáforas muy floridas. Alberto Mejías, un amigo de Mercè, el impulsor de Emblemàtics, una asociación que quiere preservar el espíritu comercial de la ciudad, dice que esta sala forma parte del alma de Barcelona. Y lo cierto es que últimamente los negocios históricos atraviesan momentos complicados. Hasta El Rei de la Màgia colgó el cartel de “se traspasa”. Pero hoy día la muy abundante oferta de ocio nocturna de Ciutat Vella está bajo lupa. Los responsables de este negocio no quieren que se repitan los problemas con los vecinos de los alrededores que condujeron al cierre de la sala. Aquellos mimos un tanto irritantes que desplegaron para invitar a la gente a guardar silencio durante la madrugada nunca fueron muy efectivos.
Y en el Ayuntamiento tampoco olvidan las quejas que generó este establecimiento. “La Paloma se encuentra ubicada en un espacio de calles muy estrechas –detallan fuentes municipales–. Desde el distrito de Ciutat Vella se está estudiando detenidamente la situación y estamos trabajando con todas las partes implicadas. De hecho, ya mantuvimos diversas reuniones con los propietarios a fin de asegurarnos de que la oferta de ocio que se plantee sea compatible con el descanso vecinal. En cuanto terminen las obras y se constate que se adecuan al proyecto autorizado y, por tanto, a la normativa, podrán abrir de nuevo sus puertas. Antes no”. Todos confían en que aquellos mimos no regresen"
















































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