"JOSÉ LUIS SUÁREZ , ARQUITECTO DE LA CASA Nº 15 DEL PASEO MARÍTIMO DE CÁDIZ.
José Luis Suárez Cantero es un señor bajito y enjuto de luengas barbas
valleinclanescas a un cigarrillo pegado.Es arquitecto, el arquitecto de
mi casa y de otras muchas en Cádiz y fuera de ella.Independiente como
él solo,pasea echando humo como una chimenea ambulante por las calles de
su ciudad.Es un hombre bueno al que su sencillez lo complejiza.
Cariñoso y de muy buen corazón,su estrafalaria y menuda figura lo hace
reconocible desde distancias largas.Inconfundible.A veces puede recordar
a Voody Allen.De vez en cuando me lo cruzo y hablo algo con él.Fue
vecino nuestro durante algunos años y creo que lo conozco un poco por
dentro,aunque tienda a enmascararse al gaditano modo.
Un día le presenté a mi padre y estuvieron hablando un buen rato. Noté que entre ambos se había producido, de manera inmediata,empatía. Tal, que tras tomarnos una cervezas,se despidió de mi padre dándole un tortacito en sus cachetes sonrosados.Desde aquél día mi padre siempre me preguntaba por " el barbas". José Luis Suárez es hombre muy inteligente,casado con una señora encantadora,Isabel Samaniego,amiga nuestra .La convivencia diaria con personas extravagantes debe ser dificultosa.Su riqueza de matices intelectuales unida a la sencillez extrema deben formar un cóctel molotov que puede estallar en el más inesperado momento. Es aficionado a la pintura. Su amigo y colega Arturo Infante Miranda, que también vivió en la casa y lo ayudó a proyectarla, me comentaba que, lápiz en mano,era un genio, un maestro del diseño.No he visto dibujos suyos pero me los imagino.Es un creador nato como refleja su arquitectura, buen ejemplo de la cual es mi casa de la que hay muchos enamorados.
Un día le presenté a mi padre y estuvieron hablando un buen rato. Noté que entre ambos se había producido, de manera inmediata,empatía. Tal, que tras tomarnos una cervezas,se despidió de mi padre dándole un tortacito en sus cachetes sonrosados.Desde aquél día mi padre siempre me preguntaba por " el barbas". José Luis Suárez es hombre muy inteligente,casado con una señora encantadora,Isabel Samaniego,amiga nuestra .La convivencia diaria con personas extravagantes debe ser dificultosa.Su riqueza de matices intelectuales unida a la sencillez extrema deben formar un cóctel molotov que puede estallar en el más inesperado momento. Es aficionado a la pintura. Su amigo y colega Arturo Infante Miranda, que también vivió en la casa y lo ayudó a proyectarla, me comentaba que, lápiz en mano,era un genio, un maestro del diseño.No he visto dibujos suyos pero me los imagino.Es un creador nato como refleja su arquitectura, buen ejemplo de la cual es mi casa de la que hay muchos enamorados.
En su estilo arquitéctónico,opino como profano en
la materia,veo influencias de Le Corbousier y de Gaudí. Mi casa es como
un barco mecido por las olas y los vientos de la Bahía de Cádiz. La
maqueta estuvo expuesta en Nueva York como ejemplo de cómo se debe
construir en primera línea de costas. Sus vuelos y curvas recuerdan a
las olas próximas que parecen poder salpicarnos.Sus grandes vanos
acristalados permiten ver el mar desde casi cualquier lugar .Es el
edificio con mayor personalidad arquitectónica del paseo marítimo,en el
que Suárez vivió hasta hace unos ocho años,pero cuyos propietarios
actuales, en buena parte, no saben cuidar como se merece y , tal
vez,tampoco sepan valorar su estética, a pesar de la obra que en los
días actuales se hace para reparar la fachada. Me hubiese gustado que
Isabel y José Luis hubiesen seguido viviendo en la casa. Son, aunque muy
diferentes,dos personas dignas de admiración que,sobre la obra que se
realiza, hubiesen tenido muchas cosas, con sentido, gusto y sentimiento,
que decir.Creo que no se la cargarán.Hasta ahora,parece que no.
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