lunes, 10 de marzo de 2025

18/02/2025 Cases del carrer Roger de Flor 250-252

"Estos dos edificios gemelos, de Antoni Puig Gairalt, se vinculan con el proyectado por el propio arquitecto en Via Laietana, 6, aunque resultan menos atrevidos en su concepción. Destacan sobremanera las entradas, con unos potentes enmarcados coronados por unos relieves de mármol, de 1933, que evocan -como lo hacía, desde el vanguardismo más aderezado, el conocido Manifiesto Amarillo, de Salvador Dalí, Lluís Montanyà y Sebastià Gasch en 1928-, el progreso tecnológico y los medios de transporte modernos: el avión, el ferrocarril, el barco, la grúa, el teleférico o torre de Santiago del puerto, el automóvil, el zeppelín, posiblemente obrados por Joan Rebull-, representados también en otros edificios contemporáneos a éste en Barcelona. Manifiestan el optimismo sobre el presente y el futuro reinantes en ese momento, el de la Exposición Internacional de 1929."

Ver: https://www.poblesdecatalunya.cat/element.php?e=20218

Roger de Flor 250-252 















"Adoración al progreso en Roger de Flor

Barcelona secreta 
Dos relieves que muestran grandes avances tecnológicos de principios del siglo XX, como el dirigible y el teleférico, presiden la fachada de un edificio construido alrededor de la Exposición Internacional de 1929

Un barco de grandes dimensiones, un dirigible, un coche, una grúa portuaria y un teleférico con su torre. Son los elementos que aparecen en un relieve esculpido sobre la puerta del número 250 de la calle Roger de Flor, casi en la confluencia con Rosselló. Se trata de un homenaje al progreso y a los avances en comunicaciones vividos en Barcelona alrededor de la Exposición Internacional de 1929. En el portal vecino, el del punto 252, hay otro relieve con un ferrocarril y un avión, dos medios de transporte que vivieron también una importante evolución técnica a principios del siglo XX.

Los dos relieves forman parte de un edificio de los años 30 obra del arquitecto Antoni Puig i Giralt. Los dos conjuntos escultóricos se atribuyen a Joan Rebull, colaborador habitual del arquitecto. Se trata de una especie de canto, casi una adoración, al progreso tecnológico, muy presente en la sociedad barcelonesa del momento. Eran los tiempos en que la Exposición de 1929 era una ventana internacional para la capital catalana, en la que rebosaba un ambiente de exaltación tecnológica. De hecho, la exposición tenía como uno de los ejes principales la electricidad y sus aplicaciones.

El evento atrajo muchas nuevas tecnologías que hicieron vibrar a los barceloneses. Fue un éxito de público, pero un fracaso económico al coincidir con la histórica caída de la Bolsa de Nueva York y la consiguiente gran crisis mundial que desató. Coincidiendo con la exposición, visitó Barcelona el célebre dirigible Graf Zeppelin, que sobrevoló en varias ocasiones la ciudad generando el entusiasmo y admiración de la gente. Es por esta razón que uno de los elementos del relieve sea el dirigible sobrevolando el puerto, en donde se visualizaban los principales avances en comunicación marítima. Junto al Zeppelin, se erige la que sin duda es la torre de Sant Jaume del teleférico que comunica el puerto con Montjuïc y que fue construido precisamente para conectar la exposición con su sección marítima.

El homenaje al dirigible de Roger de Flor no es el único que podemos encontrar en Barcelona. Hay otro en la calle Ortigosa, junto al Palau de la Música. Forma parte de uno de los múltiples relieves que adornan la fachada del edificio situado en la esquina con Jonqueras, contemporáneo del anterior. Sin duda, el Graf Zeppelin causó gran impacto."

Ver: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20241110/10089309/adoracion-progreso-roger-flor.html

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