03/09/2022 Casas Josep Masana (II)

 "Memoria
Ubicado en el distrito de Sants-Montjuïc, este grupo de viviendas se encuentra en el chaflán meridional de la manzana delimitada por las calles de Lleida, de l'Olivera, de la Font Honrada y de Tamarit. Se trata de un grupo de nueve edificios de viviendas entre medianeras con un portal de acceso cada uno de ellos.
De planta rectangular y con dos pisos por rellano, la estructura en alzado de cada uno de estos edificios comprende planta baja, entresuelo, cuatro plantas, ático y azotea transitable. Sin embargo, estos edificios destacan por ser el primer ejemplo documentado de arquitectura expresionista barcelonesa.
Cada una de las viviendas presentan las mismas características compositivas, dando lugar a un conjunto unitario. La planta baja, totalmente revestida con placas de piedra caliza, abre sus tiendas a la calle por medio de grandes portales rematados por dinteles. Por su parte, las porterías que dan acceso a las viviendas, se presentan enmarcadas por una especie de arquivolta con dintel que las dota de profundidad. La planta entresuelo también se presenta revestida con piedra y rematada por una llamativa cornisa. El resto de plantas se muestran revestidas con morteros rojizos que, originariamente acogían decoración esgrafiada en verde a base de cenefas y formas geométricas (tal y como puede verse en los ejemplos conservados a lo largo de la calle de l'Olivera). La principal característica de estas edificaciones es el uso generalizado de ventanas rectangulares (a excepción de algunos balcones en la calle de l'Olivera), sobre todo, el recurso de ubicar la escalera de vecinos en tribunas vidriadas de planta triangular visibles desde la calle. El ático se presenta acabado con obra vista de ladrillo rojo, marcando una composición horizontal que contrarresta la verticalidad de las tribunas.
Este grupo de viviendas propiedad de Josep Masana fue diseñado por el arquitecto Ramon Reventós i Farrarons en 1928, coincidiendo con el proceso de reurbanización que viviría aquella parte del Poble Sec a raíz de la celebración de la Exposición Internacional de 1929. La importancia de esta obra radica en la utilización que se hizo, por primera vez en Cataluña, de un lenguaje formal expresionista, inspirado en las experiencias centroeuropeas en el campo de la vivienda masiva. Fue construida en varias fases entre 1929 y 1930. Esta obra entronca con el racionalismo expresionista europeo de ideario socialista, sobre todo con los Hofs de vivienda masiva en Austria y el Sur de Alemania.
Ramón Reventós, pese a ser un arquitecto poco conocido, tuvo un papel importante en la construcción de la Exposición Internacional de 1929 con obras como las Torres Venecianas de la Avenida Maria Cristina, el Teatro Griego, el Funicular de Montjuïc, el Poble Espanyol o el Hotel Miramar. Además, es el autor del Hotel Florida en la cima del Tibidabo. Su obra es mayoritariamente noucentista.
 
Fuente: Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña (IPAC)"

Ver: https://www.arquitecturacatalana.cat/ca/obres/casa-josep-masana-ii

C. Olivera, 68-76

Gracias por su aportación a: Rosendo Muñiz Soler

"CARRER OLIVERA

Cuando se derribaron las murallas de Barcelona en el año mil ochocientos cincuenta y cuatro, la zona que iba desde los viejos muros hasta la montaña de Montjuic, no fue incluida en el plan constructivo del nuevo Eixample que diseñó el señor Cerdá. No obstante los propietarios de aquellas tierras que eran solo de cultivo, también se animaron por ir urbanizando sus terrenos para construir en ellos muchas viviendas, que pudieran dar alojamiento a la infinidad de gente que se acercaba a una ciudad como Barcelona que se industrializaba más cada día. De esta manera surgieron en una zona que pronto se definiría como el Poble Sec, nuevas barriadas como fueron la de la França Xica, Santa Madrona y las Huertas de Sant Bertrán. Barriadas que se fueron poblando de nuevas calles en las que se construían muchas casas, casi todas destinadas para la gente trabajadora. De esta manera surgieron calles en unos campos que estaban totalmente plantados de olivos, de aquí que a una de esas calles se la denominara como el carrer de la Olivera, para dejar testimonio de lo que en su momento fue un terreno agrícola dedicado al cultivo de los olivos. Es por esta razón que desde finales del siglo XIX que se abrió esta calle del barrio del Poble Sec, recibió en un principio el nombre de carrer de el Olivo, nombre que con el tiempo fue devengando hasta nominarse como el carrer de la Olivera, que es el nombre que sigue teniendo en la actualidad."