lunes, 27 de junio de 2022

03/03/2021 Palau Güell XIV: El enigmático pintor Aleix Clapés IV: Obra expuesta III: Gaudí y su entorno

."Aleix Clapés, una mirada contrahecha
El Palau Güell muestra la obra del artista en una exposición antológica
Laia Maldonado

En el Palau Güell siempre es atardecer. Es lo que he pensado en cuanto he puesto un pie dentro de este edificio diseñado por Antoni Gaudí, que ahora acoge la exposición "Aleix Clapés, el enigmátic pintor de Güell i Gaudí", a la vez una antología, un descubrimiento y una miscelánea. Le llamo antología porque recoge la variada producción de Clapés y se hace cargo de las diferentes influencias que refleja, desde las más simbolistas, las expresionistas y las que bordan la abstracción. Lo hace para reivindicar la figura de un artista que enfrentó sus tiempos recreándolos a través de un trazo personalísimo que le acompañó en todas sus facetas: la de pintor, muralista, retratista, diseñador de tapiz y editor .

La exposición, fruto del doble comisariado de Josep Casamartina y Carlos Lupercio, es la historia de una reconstrucción y rescate. Un rescate que, además de recuperar la figura de Clapés, lo enmarca en el Palau Güell, un espacio inmejorable que restaura la relación afortunada que Clapés mantuvo toda su vida con Gaudí y buena parte de la misma con la familia Güell, benefactora y amiga del arquitecto de Reus.

La primera parte, inscrita en el espacio, recoge obras que o bien forman parte o han sido devueltas, en las paredes y puertas del mismo palacio para el que fueron creadas. Es el caso de los paneles de las puertas casi abstractas del Salón Central, que resulta fácil pasar de largo. A la segunda parte de la exposición, situada en el desván, se accede con la misma entrada que permite explorar el laberinto de lujos vertical que es el Palau en sí.

Cruzo la Sala de Pasos Perdidos rumiando que podrían haber dado este nombre a cualquier parte de este edificio de formas retorcidas, arcos parabólicos, vidrieras y coup de fouet que suben y se hundan donde miro. Una vez en el desván, no pudo evitar mirar embobada el Éxtasis de san Francisco de Asís. No el cuadro acabado que, cuando venga, encontrará a la derecha, sino el esbozo que hay a su lado y que el pintor da por terminado con sólo 3 trazos asertivos. Supongo que a esto se refiere Casamartina, el comisario, cuando habla del trazo de oficio del pintor. Me llaman la atención las piezas esbozadas, inacabadas, la pincelada contrahecha. Me detengo también un rato ante el Retrato de Josep Maria Pereda, el único dibujo a carboncillo que se conoce del artista que, por el dominio de la técnica que muestra, hace pensar que Clapés debía haber hecho muchos, muchísimos más

Llegado un punto del recorrido, Casamartina se disculpa diciendo que le hubiera gustado que la exposición pudiera acoger más obras, pero que, desgraciadamente, “aquí cabe lo que cabe”. Pienso que hubiera sido irónico conseguir confinar la obra huidiza de Clapés toda junta en un único espacio, una obra que esta figura excéntrica del arte catalán llevó a cabo al margen del buen gusto académico y las tendencias que imperaban entonces, algo que le valió el aprecio y la aversión de sus contemporáneos.

Además, me parece una gran oportunidad, la excusa idónea para explorar el MNAC o la propia Casa Milà en busca del resto de su producción."

Ver: https://www.catorze.cat/passadis/aleix-clap-mirada-contrafeta-79540/

 

























 "GAUDÍ Y SU ENTORNO

Parece que, además de ser mecenas de Gaudí, Eusebi Güell también se planteó serlo de Clapés. Pintor y mecenas establecieron una especie de contrato mediante el cual se estipulaba que el pintor debía ir entregando encargos al potentado. Un acuerdo que en algún momento el artista no debió cumplir y que provocó que la relación se rompiera.
Paralelamente a su relación con Güell, Clapés se convirtió en amigo íntimo de Gaudí, amistad que duró cerca de tres décadas. Se veían muy a menudo y trabajaron juntos en algunas ocasiones, como por ejemplo en la creación de la desaparecida bandera de los reusenses residentes en Barcelona, diseñada por el arquitecto y con el anverso y el reverso pintados por Clapés, o en la decoración de los vestíbulos y los patios de La Pedrera.
Por otra parte, en 1899, cuando el artista quiso hacerse una casa en la calle El Escorial, fue Gaudí quien le firmó los planos. Clapés y Gaudí compartían un misticismo profundo y una religiosidad a ultranza, y tanto el uno como el otro lo plasmaron en sus obras. Seguramente fue también gracias a Gaudí que Clapés recibió el encargo para hacer el retrato póstumo del promotor inicial de la Sagrada Familia, José M. Bocabella, fallecido en 1892.
"

Ver; https://www.palauguell.cat/sites/palauguell.cat/files/fulls_de_sala_en_idiomes.pdf

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