"Interpretación simbólica
El filósofo y escritor Josep Maria Carandell ofrece en su obra "La Pedrera, cosmos de Gaudí" una interpretación simbólica de la azotea de la Casa Milà basada en conceptos religiosos, cosmogónicos y literarios. Para este autor, la azotea sería un auto sacramental (una obra dramática en celebración del Corpus Christi), una escenificación del origen de la vida y la familia sublimado por la revelación divina. Según esta hipótesis, el carácter teatral de la terraza estaría originado por dos obras dramáticas, La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca —como en el vestíbulo del edificio— y el Hamlet de William Shakespeare, mientras que tendría continuidad igualmente la presencia de Las metamorfosis de Ovidio, por el aspecto cambiante y sinuoso de la azotea. En Cataluña, es tradicional la presencia en las procesiones de Corpus de gigantes y cabezudos, o figuras animales como dragones y víboras,
y esa sería la intención de Gaudí para la azotea de la Pedrera.
Así,
las salidas de escalera serían gigantes, cada uno de los cuales asumiría
un papel en el auto sacramental: los principales, situados en el
chaflán, serían los Padres, con forma de dragón enroscado en sí mismo,
siendo el de la derecha la Madre, que es a la vez la madre naturaleza,
la madre de familia y la personificación de la Virgen María
y, alegóricamente, de la Vida,
mientras que el de la izquierda es el
Padre, identificado con Dios Creador y como alegoría del Poder;
los otros serían los hijos, en dos parejas, simbolizadas por las ventanillas colocadas a sus pies de forma triangular
hacia arriba las masculinas y hacia abajo las femeninas, siendo el del
paseo de Gracia el «hijo guerrero», el bueno y heroico, que se
corresponde con San Miguel (o San Jorge), o bien con Segismundo, el protagonista de "La vida es sueño", mientras que en última instancia sería Jesús y, alegóricamente, la Sabiduría;
el que da al patio de vecinos es el «hijo escéptico», evidenciado por encontrarse desnudo (no tiene el revestimiento de trencadís
que tienen las otras figuras), y que correspondería con Hamlet, el
personaje dubitativo e irresoluto;
su equivalente, igualmente desvestida,
es la «hija loca», que se corresponde con la Ofelia shakespeariana o la
Rosaura calderoniana;
y la de la calle Provenza es la «hija sensata»,
cuyas virtudes asume Estrella, la infanta de La vida es sueño, como alegoría del Amor y el Espíritu Santo (como se demuestra por su forma de tres palomas
entrelazadas).
Por último, las dos torres de ventilación las identifica
Carandell con el Rey y la Reina, siendo el primero la que tiene forma
de máscara, que correspondería al Claudio de la obra de Shakespeare o al
Basilio de la de Calderón;
y la segunda, con forma de copa, sería
Gertrudis, la madre de Hamlet, la reina adúltera, que personificaría la
Lascivia —de ahí las aberturas en forma de matriz femenina
Vista aérea: Google Maps
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