"La doble fortuna de Gaudí
Cuando
Gaudí murió el 10 de junio de 1926 a punto de cumplir los 74 años, tres
días después de haber sido atropellado por un tranvía, su posteridad se
proyectaba hacia el futuro según dos caminos divergentes.
Uno surgía del contexto local y tenía que ver con la enorme
popularidad de la que Gaudí había disfrutado siempre en la ciudad de
Barcelona, primero como uno de sus grandes excéntricos, tan
imprescindibles para una burguesía superconsumista, después como genio
solitario, huraño e incomprendido, y, finalmente, como “arquitecto de
Dios”.
El trazado del otro camino, en cambio, se está iniciando en ese
mismo momento, y su carácter, que para nada cuenta con el carácter
propio de Gaudí, va a ser decididamente universal.
Consistirá en encajar la obra de Gaudí —o, al menos, una parte de
su obra, que cancelará al resto—, primero, en la maquinaria formal e
ideológica de las vanguardias, y segundo, en la economía general del
llamado “Movimiento Moderno”, para hacer de Gaudí un “precursor” de las
vanguardias y un “maestro” de artistas tan diversos como Joan Miró,
Salvador Dalí o Antoni Tàpies, entre tantos otros que reclamaron su
origen."
Ver: https://www.museunacional.cat/es/gaudi
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