martes, 8 de marzo de 2022

23/11/2021 Tesoros del MNAC CCXXVIII: Exposición "Gaudí" II: Las dos caras de Barcelona

 "Antoni Gaudí (1852-1926) es, sin duda, el arquitecto catalán más popular y reconocido internacionalmente.

¿Podemos repensar hoy la imagen que tenemos de él? La respuesta la vais a encontrar en esta exposición, que propone una nueva mirada sobre el arquitecto, un ejercicio de deconstrucción del mito, del artista y de su obra, a menudo reducidos y simplificados hasta convertirlos en una marca.

Antoni Gaudí es un personaje complejo, que realiza su obra en el marco de unas estrategias políticas, ideológicas y estéticas específicas.

Gaudí no era un místico ausente del mundo

Veinte años después de la celebración del Año Gaudí, el Museu Nacional presenta una exposición que se aleja de los tópicos y recorre la trayectoria del arquitecto en su totalidad.

A través de una museografía basada en la teatralidad y la acumulación de objetos, como si del taller de Gaudí se tratara, se presentan más de 650 elementos —objetos arquitectónicos, de diseño y mobiliario, documentación, mapas y fotografías— procedentes de un centenar de colecciones nacionales e internacionales, incluida la del Museo, que cuenta con un importante conjunto de obras del arquitecto.

La exposición, que se podrá ver en el Museo de Orsay de París del 14 de marzo al 17 de julio de 2022, demuestra que Antoni Gaudí no trabajaba aislado del mundo y lo sitúa en el contexto internacional de la época con obras de Geoffroy-Dechaume, Thomas Jeckyll, William Morris, Auguste Rodin y Eugène Viollet-le-Duc."

Ver: https://www.museunacional.cat/es/gaudi

 




































 

 

 
  "Las dos caras de Barcelona
La Barcelona que Gaudí encontró a su llegada a la ciudad en el año 1868 no tenía nada que ver con la que conocemos ahora. Era una ciudad en plena transformación, sometida a un crecimiento tan veloz como contradictorio. Estaba dominada por el gran vacío que se abría ante ella tras el derribo de sus murallas. La inmensidad del llano que se extendía ante ella se convertía en la tabla rasa donde, gracias a la cuadrícula del Plan Cerdà, todo era posible: no podía imaginarse mejor símbolo del dejad hacer burgués.
 
La rápida ocupación del Ensanche es la clara muestra de la acumulación de capital de la burguesía barcelonesa. El lujo y la novedad de los edificios, públicos o privados, así como la generosa amplitud de calles y paseos, constituyen el rostro más optimista de esa burguesía.
 
Pero esa ciudad moderna, que miraba hacia el futuro creyéndose un “París del Mediodía”, era solo una cara de la moneda. La otra cara, popular y revolucionaria, es la que hizo de esa misma Barcelona, conocida ahora como “Rosa de Fuego”, el perfecto escenario de la lucha de clases, con toda su violencia y sus terribles desequilibrios."
 


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