"Años de formación de Gaudí
Uno
de los mitos que rodean a Gaudí es que aprendió todo lo que supo
gracias a una especie de ciencia infusa, mirando con ojos de niño la
naturaleza. O que heredó las cualidades morales y materiales del trabajo
artesanal, a través de las generaciones de caldereros que se habían
sucedido en su familia. Nada más lejos de la realidad: Gaudí se formó
intelectualmente en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, recién
inaugurada. Una escuela optimista en todos los sentidos, que quiere dar
respuesta a las necesidades materiales y simbólicas de una ciudad en
gran expansión y, al mismo tiempo, de una burguesía que busca expresarse
con un lenguaje propio, moderno y cosmopolita. Durante los años en que
cursó la carrera, y tal como puede verse en sus proyectos estudiantiles,
Gaudí participó activa y conscientemente de las polémicas intelectuales
del momento. Conoció críticamente las obras de los teóricos y
arquitectos europeos más influyentes, como Viollet-le-Duc, John Ruskin o
los modernos reformadores británicos del diseño. También dispuso del
extraordinario fondo bibliográfico y fotográfico que la Escuela había
adquirido desde su fundación y que ponía a disposición de sus
estudiantes.
Primeros proyectos
Aunque
su familia tuviera los medios suficientes como para costearle una
carrera en Barcelona, lo cierto es que, en sus inicios profesionales,
Gaudí, tuvo que trabajar, muy a pesar suyo, como empleado en las obras
de otros arquitectos. Trabajó para Josep Fonseré en las obras del Parque
de la Ciudadela, por ejemplo, o para Francesc de Paula del Villar
Carmona en las del Camarín de la Virgen de Montserrat.
Además de los proyectos realizados para la Cooperativa Obrera
Mataronense, sus primeros trabajos como profesional corresponden, en su
mayoría, a lo que ahora llamaríamos “mobiliario urbano” —soportes para
anuncios, quioscos de prensa, farolas o vitrinas comerciales—.
Un tipo de trabajo bien representativo de las transformaciones a
las que está sometida una ciudad convertida en mercancía y en
espectáculo de las nuevas multitudes urbanas.
Ya entrada la década de 1880, Gaudí recibe sus primeros encargos
propiamente arquitectónicos: la Casa Vicens o los Pabellones Güell en
Pedralbes. Gaudí convierte estas pequeñas obras en auténticos
manifiestos de sus propias capacidades, tanto en el uso magnífico de
materiales y técnicas como en la gran variedad de referencias culturales
y visuales. En estas primeras obras, Gaudí emplea un estilo propio
expresamente excéntrico y absolutamente nuevo en el panorama barcelonés
del momento."
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