"Casa Calvet, Casa Batlló y Casa Milà: viviendas en el Ensanche
La
construcción de casas de pisos en el Ensanche era uno de los encargos
característicos de los arquitectos barceloneses. Según unas tipologías
perfectamente establecidas, sus fachadas respondían a un modelo
neoclásico de balcones y cornisas. A partir de 1900, en cambio, la
fachada es el lugar a través del cual los propietarios expresan su nuevo
concepto de riqueza superconsumista: los arquitectos tienen libertad
para diseñarlas con las mayores excentricidades. Algunas calles de la
ciudad, como el Paseo de Gracia, se convierten en el escaparate de un
lujo basado en la novedad constante. Lejos del orden colectivo del
neoclasicismo, las fachadas “modernistas” son como cuadros de una
exposición, furiosamente independientes unas de otras y basadas en la
“discordia”.
Gaudí construyó tres de esas casas. En la Casa Calvet propuso ya
una desinhibida interpretación del Barroco, que estará presente,
también, en las casas Batlló y Milà. En las fachadas de estas dos casas,
las leyes de la tectónica son puestas en constante sospecha. Estas
casas demuestran, además, su conocimiento de las obras más avanzadas de
la Europa del momento —sobre todo, las de Hector Guimard—. También su
interés por las exposiciones universales, los medios impresos de masas,
los estilos exóticos o las “formas artísticas de la naturaleza”, sobre
todo la submarina, tan populares en la época."
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