En todos los rincones del mundo, las personas han creado constantemente representaciones de sí mismas. Muchas de estas representaciones contienen un simbolismo complejo; otras nos remiten a la belleza y al misterio del cuerpo humano, a través de distintas vías, desde la más profunda estilización hasta el hiperrealismo. "
Ver: https://caixaforum.org/es/barcelona/p/la-imagen-humana_a88205544
"LA EXPRESIÓN DE LA PERSONALIDAD
Rostros antiguos
El retrato suele definirse como la recreación de la imagen de un individuo concreto. Tradicionalmente, la mayoría de ellos tratan de plasmar el aspecto físico del modelo con un estilo realista y otorgando un especial protagonismo al rostro. Pero un retrato va más allá del mero reflejo: es la reconstrucción poliédrica de una identidad, por lo que puede adoptar múltiples formas y servir a propósitos diversos.
Hace unos 5.000 años se desarrolló en Egipto la primera tradición verdaderamente retratista, cuando faraones y funcionarios reales encargaron esculturas idealizadas de sí mismos para afianzar su estatus. En cuanto a Occidente, la tradición del retrato como expresión del carácter y la individualidad se originó en Grecia hace más de 2.300 años, y los romanos siguieron desarrollándola más tarde. Muchas otras civilizaciones antiguas produjeron de forma independiente magníficos retratos naturalistas, como los de la cultura moche del antiguo Perú (100-800), que recreó en cerámica a individuos destacados de su comunidad
Carácter e identidad al descubierto
Los retratos suelen mostrar el aspecto de una persona, pero también nos hablan de su identidad. Los rasgos físicos -gestos, pose y expresión facial- son indicativos de la personalidad y el estado de ánimo, mientras que la ropa, el escenario y determinados objetos apuntan a su rol y a su posición en la sociedad.
La identidad personal y el carácter pueden representarse de modos muy diversos. El retrato de un individuo rico e importante suele estar concebido para transmitir poder y grandeza, mientras que las representaciones de personas corrientes a menudo son más personalizadas y reveladoras. Lo más habitual es que el retrato se haga del natural, con el modelo físicamente presente ante el artista. Sin embargo, también se puede retratar a una persona fallecida, con el objetivo de preservar su memoria y recordar sus logros.
Más allá del naturalismo
No todos los retratos describen al modelo de un modo naturalista y fiel a la realidad. A comienzos del siglo XX, los artistas vanguardistas empezaron a subvertir la representación tradicional de la forma humana centrada en mostrar el mayor parecido posible. Así surgieron estilos nuevos y radicales que exageraban, distorsionaban o fragmentaban los rostros y los cuerpos para evocar estados de ánimo, emociones e ideas. De hecho, ya en el siglo XVI hubo artistas europeos que experimentaron con la perspectiva y los efectos ópticos para crear retratos fantásticos de personajes reales o imaginarios.
Tú, yo y todos nosotros
Los seres humanos somos sociales por naturaleza. El concepto que nos formamos de nosotros y del mundo está determinado por las relaciones que construimos con los demás. La pertenencia a un grupo proporciona objetivos y significado y a nuestra vida. Eso explica la importancia de la familia, la amistad y la comunidad como temas artísticos de tantas culturas. Entre ellos, la maternidad es especialmente constante y omnipresente en el universo artístico, representada globalmente mediante la imagen arquetípica de la madre amamantando a su bebé. El amor, el deseo erótico y el rito del matrimonio han sido también muy celebrados por el arte de diferentes períodos. Algunos artistas incluso han hecho de los retratos de amigos, amantes y parientes una referencia ineludible en su producción. Vistas en conjunto, estas significativas escenas en torno a la vida familiar, la fraternidad y el cariño evocan la necesidad humana de compañía, intimidad y apego."
Ver: https://sites.fundacionlacaixa.org/codigosQR/imagen-humana-barcelona/es/expresion-personalidad.html
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