El concepto de construcción antes de la era contemporánea, se basaba en reutilizar todo aquello que era posible e incluirlo en las construcciones nuevas. Es gracias a ello que en la actual capilla podemos encontrar valiosos y enigmáticos restos de lo que en su día fue la iglesia templaria
Ver entradas relacionadas con el Palau Reial Menor aquí y aquí
Gracias a Elvira Font, historionauta apasionada, por conducirnos en este viaje al pasado
La capilla se encuentra entre las calles de Palau, Comtessa de Sobradiel, Ataulf y Templaris
"Los míticos caballeros templarios también fueron poderosos en Barcelona, donde en 1134 establecieron uno de sus cuarteles generales en el Mediterráneo. La encomienda barcelonesa de los monjes guerreros se instaló en 1134, pocos años después de su creación. De su paso por la capital catalana queda un último vestigio, la que fue capilla de la encomienda, en la calle Ataülf. Hoy es la capilla de Santa Maria de Palau (dedicada a la Mare de Deu de la Victoria, la Victoria de Lepanto), gestionada por los jesuitas.
Los templarios se instalaron en una amplia finca que recibieron en donación conocida como las casas de Gallifa. Se trataba de un recinto que incluía un muro y torres de la antigua muralla romana, cerca de lo que había sido el castillo Regomir, algunos de cuyos restos son aún visibles en la calle del mismo nombre.
Cuando la orden fue aniquilada a principios del siglo XIV, sus propiedades en Barcelona fueron traspasadas a los caballeros hospitalarios. En 1367, la encomienda fue adquirida por Pere el Ceremoniós, que lo destinó a residencia de la reina Leonor de Sicilia. El cuartel general de los templarios se convirtió entonces en el palacio real Menor, que fue definitivamente derruido en 1866.
Solo se mantuvo en pie la vieja capilla, que había sufrido diversas reformas de sus distintos propietarios. Aún así, se aprecian los rasgos típicos de la arquitectura y estética templaria. En el interior todavía se pueden observar los restos de algunas decoraciones originales, como unos estantes justo a la puerta de entrada que se adentran en las propias piedras del muro.
Pero además de los vestigios templarios, la capilla guarda otras reliquias. Las más apreciadas por sus actuales gestores son un pequeño banco y dos colchones que fueron utilizados por San Ignacio de Loyola, fundador de la orden jesuítica, durante su estancia en Barcelona en 1523."
Ver: https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20141022/54418139906/templarios-capilla-barcelona.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario