"Los grafitos del monasterio de San Millán de Suso son un conjunto de dibujos, signos y textos que aparecen en los muros y columnas del recinto monástico, hechos con algún objeto punzante o, simplemente, a punta de navaja por algún peregrino, visitante o monje. Fueron realizados en el intervalo de tiempo entre la construcción del monasterio mozárabe en el año 959 y la ampliación del románico en el año 1030.
Los grafitos están realizados por diferentes personas, de manera espontánea y sin ninguna finalidad artística. Más bien se puede tratar de peregrinos del camino de Santiago, u otros vecinos de la comarca: juglares, campesinos, guerreros, artesanos y muy pocos canteros, pues resulta muy difícil encontrar sus marcas.
Los primeros en percatarse de la presencia de los grafitos fueron los guardas Tarsicio Lejárraga y Teodoro Lejárraga. Dieron cuenta de ello, en el año 1981, al profesor Urbano Espinosa Ruiz, por entonces profesor de la Universidad Complutense de Madrid, en el curso 1982-1983, y tras su inspección comprobó que se encontraba ante un importante hallazgo. El descubrimiento fue comunicado a la Consejería de Cultura del La Rioja y los periódicos regionales se hicieron eco de la noticia (días 3 y 4 de septiembre de 1983).
Ni Gómez Moreno, ni Francisco Iñiguez Almech, ni Jacques Fontaine, ni Rafael Puertas Tricas, que podemos considerar como los principales investigadores del monasterio de Suso, se percataron de la existencia de los grafitos. Sin embargo, el agustino Diego Mecolaeta, en el siglo XVIII, parece darse cuenta de algunas marcas o jeroglíficos debajo de los yesos que “blanqueaban” la iglesia —costumbre que se generalizó hacia el siglo XVII— y que sólo se podían ver en los desconchones producidos al desprenderse este revoque, según lo recoge Joaquín Peña.
El profesor Urbano Espinosa formó un grupo de trabajo con varios estudiantes con el fin de proceder al calco de los grafitos durante el verano de 1983 con el apoyo del guarda Teodoro Lejárraga. Y en 1998 se publicó el único estudio hasta la fecha de los grafitos del monasterio de Suso, de la mano de Miguel Ibáñez Rodríguez y Teodoro Lejárraga Nieto."
Ver: https://www.edicionesemilianenses.com/grafito1.htm
Los grafitos se encuentran principalmente en el muro de entrada a la iglesia, desde el Portaliello de Gonzalo de Berceo
"LOS GRAFITOS DEL MONASTERIO DE SAN MILLÁN DE SUSO
(© Selección de los calcos de Teodoro Lejárraga)"
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