Ver: http://www.monumentosdebadajoz.es/plaza_alta.htm
"Marín de Rodezno ya está en la Plaza Alta
La escultura de Gamero Gil es un homenaje al artífice de la configuración actual de la plaza a finales del siglo XVII
El obispo Juan Marín de Rodezno vuelve a contemplar el cielo que se asoma a la Plaza Alta de Badajoz, ese espacio que a finales del siglo XVII estaba derruido y que él ayudó a reconstruir. Desde ahora el monumento a este religioso pacense presidirá el sitio que también lleva su nombre.
La escultura del obispo fue colocada ayer en la esquina en la que confluyen el edificio de las asociaciones (junto al Arco del Peso) y la sede de la Concejalía de Ferias y Fiestas, cuya zona ha sido recientemente rehabilitada. Desde allí el busto domina la plaza. A un lado están las singulares Casas Coloradas, que se edificaron por orden de Marín de Rodezno. Cuatro siglos después de que promoviese su configuración, la figura del responsable eclesiástico inmortalizada ahora en piedra y metal se reencuentra de nuevo con ellas.
La estatua mide 1,9 metros aproximadamente y para elaborarla el autor, José Manuel Gamero Gil, ha utilizado granito de Quintana de la Serena y bronce para esculpir algunas partes del cuerpo.
Para crear la obra, Gamero Gil ha usado una fórmula muy peculiar. La escultura está compuesta por una peana cuadrangular y en su parte superior ha sido tallada el torso del obispo pacense. Sin embargo, se han colocado dos piezas en bronce, la cabeza y la mano derecha en la que sostiene un pergamino (también de bronce) que simulan ser los planos de las Casas Coloradas que promovió y financió. «La forma de realizar el busto y la combinación de los materiales pueden resultar novedosas», detalló Gamero Gil tras la instalación del monumento.
Aunque fue ayer cuando la talla de este obispo llegó a la Plaza Alta, la intención del Ayuntamiento de homenajear a Marín de Rodezno viene de mucho tiempo atrás. Fue a principios de 2011 cuando el Consistorio pacense anunció que iba a encargar un busto de este personaje. En marzo de ese año la Junta Local de Gobierno aprobó iniciar los trámites para encargar una escultura que se colocaría en la Plaza Alta.
Según relatan las crónicas históricas, a finales del siglo XVII la Plaza Alta se encontraba gravemente deteriorada. El Ayuntamiento había intentado en varias ocasiones arreglar este espacio, pero no pudo hacerlo por falta de medios económicos. Por esta razón acudió al obispo, que aceptó colaborar comprometiéndose a realizar la mayor parte de la obras. También se sumaron al proyecto el Cabildo de la Catedral y la Compañía de Jesús con el compromiso del Ayuntamiento de realizar una parte del mismo (aunque no lo llegó a cumplir).
Según recoge el cronista de la ciudad, Alberto González, en su libro Historia de Badajoz, en 1699 el obispo había concluido su parte. La plaza quedó configurada con el mismo aspecto que ha mantenido hasta hoy. Poco después de que terminase esta gran operación urbanística, en 1707, murió el obispo Marín de Rodezno, su principal artífice.
Gamero Gil también es el diseñador de los murales cerámicos que decoran la fachada lateral de la iglesia San Juan Bautista, orientada hacia la avenida Juan Carlos I, y el autor del monumento a San Vicente de Paúl instalado en la glorieta de la plaza de Santo Domingo. Precisamente con motivo de los retrasos en la entrega de la estatua de este santo, el artista se comprometió a realizar y regalar otra obra a la ciudad. «El Ayuntamiento decidió que fuese la dedicada a Marín de Rodezno», señaló.
Una vez colocada, la talla fue tapada de nuevo previsiblemente hasta que sea inaugura
Ver: https://www.hoy.es/badajoz/201410/06/obispo-marin-rodezno-tiene-20141006154948.html
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