miércoles, 13 de octubre de 2021

04/07/2021 La bóveda verde, la burbuja verde, excursión al Montseny

 "Cogemos el tren,tempranito. Llegamos a St. Celoni, el bus sale enseguida. Subida en curvas, dominando el paisaje del Vallés, las Guillerías, el Montnegre, al fondo.

Bajamos del bus, vemos las sequoias con el pararrayos, bajamos unas escaleras, pasamos por la Escola de natura y la Casa Partida, vamos al contrario que al pantano, recto, pero bajando un poco, enseguida se veían desniveles y árboles abajo.

Empezaba la burbuja verde y fresca que no nos iba a dejar en todo el día.

Pasamos por una casa que parecía una borda antigua reconstruida, gente que vivía con tumbonas afuera y una vista impresionante del paisaje desde el macizo del Montseny.

Más tarde, la masía Feixa Llarga, que también era vivero de pinos, los había pequeños y grandes, en varias plantaciones.

Las ruinas de una antigua masía que estaba al pie de un antiguo camino también derruido y bajando bajando llegamos al paseo de los grandes árboles altísimos, secuoias, hayas, pinos, abetos, camino de Arbucies, mitad de la excursión.

Dejamos la pista principal, bajamos un par de “cuestabajos”, unos al trote, otras arrastras, pero a gusto, llegamos al Roure grand, al mig d'un cami antic.

Tornada pel camí que porta a la Font Marianegra, pero avanç ens ha portat pel puesto més chulo: la riera de les truites, preciosa, amb cascades petitas i corrent prolongada que baja el agua desde les Agudes, allà dalt del Montseny.

No había truchas, pero nos hemos mojado los pies, una a gusto y otra por obligación, que se ha quitado las botas por miedo a resbalar en las piedras mojadas.

Subido el camino, bordeamos la cascada entre multitudes de hojas de haya que sepultan nuestros pies y retomamos la pista grande que nos lleva a la Font de la Marianegra (4 caños esplendorosos).

El suelo rezuma agua, la bóveda verde lo cubre todo y casi hace frío con la ropa de verano.

Otra vez campo a través José Carlos nos vuelve a meter en el mar de hojas caídas, vamos ramoneando hasta un mirador que no se ve, pues la niebla nos ha tomado la delantera.

Qué frescor más agradable¡, la envidia que vamos a dar mañana y los días siguientes, cuando contemos el fresco que hemos tenido.

Seguimos entre hojas caídas y hojas de los árboles, que todo lo envuelven, por un corriol que bordea un precipicio que no se ve por la niebla. Llegamos nuevamente a la pista grande, hasta parece que llovizna, pero no, es la condensación que sube de la tierra y se junta con  la niebla. Llegamos a Santa Fe, a tiempo de tomar algo caliente en el restaurante. Y al bus. Otra vez la carretera a St. Celoni, media hora de curvas cerradas y serpenteantes para bajar de los mil metros.

Bueno, se acabó, pero en nuestro cuerpo quedan las sensaciones de la burbuja verde y fresca."

Texto:  Mª Angeles

Fotos: Jose Carlos Rodriguez y miembros de grupo excursionista

































 

 

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