La subestación eléctrica de Mata, en el barrio del Poble Sec,
es una de las infraestructuras críticas del país. No es de las más
grandes, pero sí que es de esas que si se va la luz, los responsables se
echan a temblar. De ella dependen el puerto de Barcelona, el Palau de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona... y 86.000 clientes más de los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc, Eixample y Sant Martí. Por eso, es una de las instalaciones más mimadas por Endesa,
llegando a ser la escogida para el proyecto de inversión más grande en
una subestación eléctrica de España en los últimos años, valorado en
unos ocho millones de euros.
Con
una primera partida de esta inversión, se ha dotado de un sistema de
sensores de temperatura en las terminaciones de media tensión que
permiten detectar en tiempo real y de manera remota si algún punto se
calienta más de lo deseable, lo que da pistas para anticiparse a
posibles averías. El sistema de termografía supone una herramienta de
seguridad preventiva adicional que, eso sí, se complementa con la visión
convencional de toda la vida.
La
tecnología, en este caso, permite dar un paso adelante en el plan de
digitalización de la red eléctrica, cada vez más integrado y teledirigido desde el centro de control de Endesa en Barcelona,
ganando en flexibilidad y permitiendo mover a distancia las fichas
necesarias para que el cliente no se entere en caso de darse una
incidencia eléctrica.
La
digitalización, junto a una reforma de los equipos de la red de media
tensión, corresponde a la primera fase de una intervención que se
continuará desarrollando en los próximos años. Los trabajos se han hecho
durante los últimos seis meses, a la vez que se actuaba también en las
subestaciones de Lesseps, con 1,6 millones de euros de inversión, y Collblanc, con 1,8 millones.
La
actuación en esta última instalación, que lleva 57 años en
funcionamiento, ha consistido en la ampliación de uno de los parques
interiores de media tensión para poder desconectar la instalación
exterior. Al trasladarse bajo techo, el sistema gana en robustez,
seguridad y potencia, quedando aislado de las inclemencias
meteorológicas. Esto no quiere decir que desaparezca todo el cableado
visible desde la carretera de Collblanc, la mejora se limita a un nivel
interno y se concentra en uno de los tres parques de media tensión que
tiene Endesa en Collblanc, adonde también llega la línea de alta tensión
de Red Eléctrica de España (REE)."
Cuando
se derribaron las murallas de Barcelona en el año 1854 se procedió a
crear lo que se definió como el Eixample, cuya intención fue la de
urbanizar todos las tierras que circundaban la vieja ciudad amurallada.
En ese ambicioso plan constructivo no quedaron englobados los terrenos
que ocupaban la franja oeste de la vieja muralla, que eran los campos
que iban desde los muros hasta la montaña de Montjuic. Eso no desanimó a
los propietarios de aquellas tierras, que también se dispusieron a ir
urbanizando unos terrenos que hasta entonces solo habían sido de
labranza. Así pronto surgieron las barriadas de la França Xica, de Santa
Madrona y de las Huertas de Sant Bertrán, en una nueva comarca de la
creciente Barcelona que pronto sería denominada como el Poble Sec. La
calle de Vila i Vila que es la que ahora nos concierne se abrió en lo
que se conoció como la barriada de las Huertas de Sant Bertrán. Allí
existían unos terrenos que eran propiedad de la familia Vila, tierras
que había comprado en el siglo XVII, concretamente en el año 1641 don
Josep Vila i Labeyola. Unos terrenos que fueron heredados por su hijo
don Bertomeu Vila, y después por sus nietos don Bernat y don Mateu Vila i
Calsapeu. Después llegaron sus bisnietos don Bernat y don Domènech Vila
i Cuyas que siguieron manteniendo la herencia, y el hijo de estos fue
el que acabó vendiendo sus terrenos a un abogado que se llamaba don
Francesc Vila i Casanova, que fue el que abrió y urbanizó esta calle. Le
puso el nombre de Vila porque correspondía a su apellido, que además
coincidía con el apellido de la familia que le había vendido las
tierras, que esta fue la razón por la que la calle en vez de llamarse
carrer Vila, quedó definida para siempre como el carrer de Vila i Vila. Y
con el nombre de carrer de Vila i Vila se sigue manteniendo esta calle
en nuestros días.
CARRER DE VILA I VILA
Quan
es van enderrocar les muralles de Barcelona l'any 1854 es va crear el
que es va definir com l'Eixample, la intenció del qual va ser urbanitzar
totes les terres que circumdaven la vella ciutat emmurallada. En aquest
ambiciós pla constructiu no van quedar englobats els terrenys que
ocupaven la franja est de la vella muralla, que eren els que anaven des
dels murs fins a la muntanya de Montjuïc. Això no va desanimar els
propietaris d'aquelles terres, que també es van disposar a anar
urbanitzant uns terrenys que fins aleshores només havien estat de
cultiu. Així aviat van sorgir les barriades de la França Xica, de Santa
Madrona i de les Hortes de Sant Bertrán, en una nova comarca de la
creixent Barcelona que aviat seria anomenada com el Poble Sec. El carrer
de Vila i Vila que és el que ara ens concerneix, es va obrir en allò
que es va conèixer com la barriada de les Hortes de Sant Bertrán. Allí
existien uns terrenys que eren propietat de la família Vila, terres que
havia comprat al segle XVII, concretament l'any 1641 don Josep Vila i
Labeyola. Uns terrenys que van ser heretats pel seu fill don Bertomeu
Vila, i després pels seus néts don Bernat i don Mateu Vila i Calsapeu.
Després van arribar els seus besnéts don Bernat i don Domènech Vila i
Cuyas que van seguir mantenint l'herència, i el fill d'aquests va ser el
que va acabar venent els seus terrenys a un advocat que es deia don
Francesc Vila i Casanova, que va ser el que va obrir i urbanitzar aquest
carrer. Li va posar el nom de Vila perquè corresponia al seu cognom,
que a més coincidia amb el cognom de la família que li havia venut les
terres, que aquesta va ser la raó per la qual el carrer en comptes de
dir-se carrer Vila, va quedar definit per sempre com el carrer de Vila i
Vila. I amb el nom de carrer de Vila i Vila se segueix mantenint aquest
carrer fins als nostres dies."
sa finaliza la segunda parte de reforma tecnológica de la subestación de Mata en Barcelona
Endesa
finaliza la segunda parte de reforma tecnológica de la subestación de
Mata en Barcelona. - ENDESA
BARCELONA, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
Endesa ha finalizado la segunda parte de los trabajos para renovar y
reformar tecnológicamente la subestación de Mata, en Barcelona, con una
inversión de 2,5 millones de euros y que beneficiará a 86.000 clientes
repartidos por los distritos de Sants-Montjuïc, Ciutat Vella, Eixample y
Sant Martí de la capital catalana, ha informado la empresa ...
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