Los gigantes se estrenaron formando parte de la comparsa propia del castillo, bien ataviada y numerosa y que, parece ser, fue construida con motivo de las fiestas de inauguración de la fortaleza. Ricamente vestidos según diseño de Joaquim Renart, fueron los ganadores del Concurso de Gigantes, Enanos y Monstruos Típicos de las Fiestas de la Mercè de Barcelona de 1902, lo que les dio a conocer.
Los gigantes son de estilo románico, aunque los enanos que los acompañan son de estilo gótico. Según Joan Basses, el diseño y la idea fue de Ricard de Capmany i Roure, el constructor fue Dionís Renart y los vestidos los hizo Carles Casamitjana.
Rápidamente desaparecen de la historia de los gigantes catalanes debido a su mal estado de conservación y la dificultad de encontrar portadores, aunque en 1987 se hacen unas copias de las cabezas a cargo de Manuel Casserras Boix, pero estas nunca han visto la luz del sol.
Actualmente se conservan los gigantes Viejos casi al completo y los gigantes Nuevos, las cabezas y las estructuras."
Ver: https://festafesta.net/gegants-del-castellde-santa-florentina-canet-de-mar/
(Foto del Arxiu Fotogràfic de Barcelona en http://finestresdelamemoria.org/els-gegants-de-santa-florentina-de-canet-de-mar)
"El Castillo de Santa Florentina está construido sobre una antigua villa de la época romana (“Domus”), que fue un núcleo urbano y zona de producción vinícola. En el siglo XI el edificio se convirtió en una masía fortificada para combatir las incursiones piratas de la época y hoy todavía presente en el conjunto arquitectónico del Castillo de Santa Florentina.
Las fuentes documentales nos aportan noticias desde el siglo XI como antigua “Domus”, y registran los nombres de los señores feudales Guadamir de Canet (1024) y Gilabert de Canet (1041). Pero será en el siglo XIV bajo el patrocinio de Ferrer de Canet, biznieto de Gilabert, cuando la Domus alcanzará su máximo esplendor.
Ferrer de Canet, caballero noble, fue consejero del rey Alfons el
Magnánimo y embajador de Pere el Ceremonioso. Es Ferrer de Canet quien
obtiene el permiso de fortificar la casa con las dos torres de bella
factura del portal medieval y que sirvieron para proteger la casa de los
asaltos e invasiones de piratas desde el litoral mediterráneo.
Su hijo Arnau incorpora por matrimonio
los dominios de Besora i Montesquiu. En esta etapa medieval la Domus
está bajo la advocación y denominación de Santa Maria a quien también
estaba dedicada la capilla que se solicitó construir en su interior. Las
propiedades de la Domus se verán aumentadas mediante el matrimonio de
la hija de Arnau, Antonia de Canet con Guillem de Peguera. A principios
del siglo XVI Juan de Peguera cede sus derechos a Miquel Spano, cuya
hija, Anna, se casa a finales del siglo XVI con Felip Dimas de Montaner,
abogado y Consejero de la ciudad de Barcelona, incorporando el linaje
de los Montaner a la Domus, descendencia que perdura hasta la
actualidad.
Lluís Domènech i Montaner, uno de los
máximos exponentes del Modernismo catalán, diseñó uno a uno los 3.000
metros cuadrados habitables de Santa Florentina. Con su equipo de los
mejores artistas y artesanos de la época, introdujo vitrales coloreados
con símbolos religiosos, grandes piezas de mármol con mosaicos para los
suelos, maderas talladas y artesonados para los techos, vidrieras,
cerámicas, hierro forjado y esculturas que armonizan un equilibrado
espacio lleno de color, luz, formas y volúmenes.
El proyecto final se define como una
residencia palacio con toques medievales y románticos de castillo en
armonía con un estético y creativo lenguaje modernista. Esta reforma
inspirada en elementos medievales, modernistas y neogóticos le dio mayor
renombre al Castillo de Santa Florentina.
La denominación Castell de Santa
Florentina reúne la herencia de la reliquia traída desde Roma por Ferrer
de Canet como presente y protección entregada por el Papa Benedicto XII
y también por el recuerdo de la esposa de Ramon de Montaner, Florentina
Malatto i Suriñach.
En 1908 el rey de España Alfonso XIII
acepta la invitación de Ramon de Montaner para visitar el castillo y
pasar unos días allí con su corte y otras personalidades de la época.
Dos años más tarde, en 1910 el rey
concedió el título de Conde del Valle de Canet a Ramon de Montaner como
reconocimiento a su labor industrial y cultural.
En 1921 muere Ramon de Montaner y hereda
el castillo su hija Júlia, casada con el artista y decorador Ricard de
Capmany, padres del pintor Ramon de Capmany i de Montaner. Las hijas de
Ramon de Capmany, Mª Teresa y Florentina, serán las herederas del
Castillo de Santa Florentina y de la Casa Fuerte respectivamente.
En la actualidad, descendientes de la familia Capmany siguen viviendo en la Casa Fuerte."Ver_ https://castelldesantaflorentina.com/el-castillo/historia/
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