"Los yanomamö o yanomamis son una etnia indígena americana dividida en tres grandes grupos: sanumá, yanomam y yanam. Aunque hablan lenguas diferentes, se entienden entre ellos. Se denominan también la nación yanomami. Habitan principalmente en el estado Amazonas de Venezuela y en los estados brasileños de Amazonas y Roraima. También destacan por ser uno de los grupos étnicos de menor estatura promedio en el mundo.
Yanomamis/yanomamos
Se ha apuntado que la razón por la que en muchos idiomas se conocen como yanomami
se debe a que fueron los misioneros salesianos de origen italiano los
que se encargaron de las misiones católicas en la región de los
yanomamos y en italiano el plural de yanomamo es yanomami.
Así el padre Cocco, misionero italiano que pasó muchos años viviendo
entre los yanomamos, los señalaba con este nombre y no con el plural en
italiano. Por otra parte existen dos autónimos nativos que son yąnomamö [jãnomamə] y yąnomami [jãnomamɨ] que son formas de singular.
Varios investigadores están de acuerdo que los yanomamos tienen un origen poligénico, y que no son el resultado de la fusión de diferentes etnias de orígenes heterogéneos.
Localización
Alrededor de 20 000 individuos que integran los yanomamis viven desperdigados por la selva tropical, en aldeas separadas por muchos kilómetros de selva virgen. Alrededor del 70 % de esta población ocupa el sur de Venezuela, en el estado Amazonas, mientras que el resto se distribuye por zonas adyacentes en Brasil, en concreto en una zona que comprende parte del estado de Roraima y del Amazonas. Las comunidades yanomamis se concentran en la zona de la cuenca del río Mavaca, en los afluentes del Orinoco, y en la sierra Parima.
El contacto del pueblo yanomami
A pesar de que los contactos del pueblo yanomami con la sociedad dominante se iniciaron hace más de dos siglos, como consecuencia de la colonización portuguesa en el Amazonas y el río Negro, estos han permanecido relativamente aislados en territorios de refugio.
En Venezuela, según el censo del año 2001, habitan 33 pueblos indígenas diferentes, que en conjunto suman más de 536 000 personas. Estos pueblos representan aproximadamente el 2,3 % de la población total del país. La mayoría de los indígenas venezolanos reside en zonas rurales y tropicales del noreste del país, especialmente en el delta del Orinoco, el Estado Bolívar, y hasta la frontera con Guyana y Brasil, en la región amazónica. También se encuentran comunidades significativas en el suroeste, en el Estado Apure, y en el noroeste, en el Estado Zulia.
Una gran parte de la población indígena vive en áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE), destinadas a la protección del medio ambiente. Estas incluyen parques nacionales, reservas forestales, monumentos naturales, áreas protegidas y reservas de la biosfera. Algunas de estas zonas han sido reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por su valor ecológico y cultural.
Entre los pueblos indígenas más numerosos se cuentan los piaroa, warao, yukpa, yanomami, barí, pemó, wayúu, makiritare, panare, pumé, wayúu y los kari'ña.
La situación jurídica de los pueblos indígenas ha cambiado con la enmienda constitucional de 1999. Con el cambio constitucional se fortalecen los derechos integrales de los pueblos indígenas y se les da un papel activo en el país. Del mismo modo, la Constitución venezolana reconoce la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus costumbres culturales y religiosas, sus lenguas y hábitat. El derecho a la propiedad colectiva de sus tierras también está garantizado.
Las lenguas indígenas son lenguas oficiales para los pueblos indígenas y en todo el territorio de la República deben ser respetadas, ya que representan una riqueza cultural de la nación y de la humanidad. A los pueblos indígenas se les concede además una activa participación y representación política en el Parlamento.
La Organización de los Pueblos Indígenas en el Amazonas (ORPIA) lucha desde su fundación en 1993 por los intereses de la población indígena venezolana en el Amazonas. ORPIA tiene como objetivo materializar los ideales de los pueblos indígenas para preservar su identidad biopsicosocial, histórico y cultural. Sus metas consisten en fijar líneas de acción en las áreas de Territorio, Educación, Ciencia y Tecnología, Protección Ambiental, Derechos Humanos, Salud en pro del bienestar, progreso y desarrollo armónico de las etnias del Amazonas mediados del siglo XX (década de los cincuenta) cuando comenzaron contactos más directos y permanentes con población no indígena. Expertos antropólogos como Jacques Lizot y otros autores afirman que los yanomamis migraron de la zona entre el río Blanco y el río Negro en Brasil, y de alguna manera se refugiaron en un territorio más seguro como la sierra Parima, cadena montañosa entre Venezuela y Brasil.[3] Tras este asentamiento se dieron ciertas condiciones para que la población yanomami creciera numéricamente y se expandiera hacia ciertas zonas del alto Orinoco y sus afluentes.
A mitad del siglo XX los yanomamis mantuvieron encuentros tensos y no amigables con criollos venezolanos y brasileños que se internaron en su territorio para la explotación cauchera, los cuales condujeron a varios enfrentamientos violentos con saldos de personas muertas y el rapto de otras por parte de los yanomamis. En la segunda mitad de dicho siglo, sobre todo a partir de la década del cincuenta, se realiza la expedición venezolano-francesa que descubrió las fuentes del Orinoco y se comienzan a establecer en el territorio yanomami un grupo de misiones religiosas que representan la primera presencia permanente y estructurada de personas no indígenas con actividades directas en la zona; en consecuencia los contactos son cada vez más crecientes entre estos y las comunidades yanomamis ubicadas en áreas de difícil acceso.
Vivienda
Viven en aldeas pequeñas, de entre 40 o 50 personas, que se construyen en círculo completamente abiertas. Sus viviendas tienen forma cónica y viven en grupos de familias. La situación de las cabañas puede variar y, en numerosas ocasiones, en lugar de formar un círculo, forman una hilera. Las familias comparten con las otras familias de la comunidad los productos obtenidos de la caza, la pesca o la cosecha (dentro de cada shabono conviven varias familias como una comunidad).
Mitos y costumbres
Los yanomamis tienen una tradición mitológica muy rica que continúa hasta el día de hoy, pese a la conversión de muchos pemones al catolicismo o al protestantismo. Varios de los mitos más importantes describen los orígenes del Sol y de la Luna, la creación de los tepuyes (monte Rorarima o Dodoima en pemón) y las actividades del héroe creador Makunaima y sus hermanos.
Una de las costumbres de esta etnia es la práctica del canibalismo endogámico como ritual sagrado: en una colectiva ceremonia funeraria se comen las cenizas de los huesos de su pariente muerto. Creen que en los huesos reside la energía vital de la persona fallecida y que al ingerir sus cenizas la reintegran al grupo familiar.
Utilizan la sustancia tóxica de unas plantas para impregnar las puntas de sus flechas. Este veneno (curare) paraliza al animal cazado sin alterar su consciencia ni la sensibilidad.
Las mujeres se adornan atravesando con un palo pequeño su tabique nasal y las comisuras de los labios. Utilizan también pinturas corporales. La etnia lleva siempre el mismo corte de pelo, con flequillo y la coronilla rasurada (estilo capuchino). Las cicatrices son muestra de valor y madurez. Tienen una pequeña estatura y solo se visten con un cinturón tubular los hombres y un pequeño fleco las mujeres.
La primera persona que estudió de manera formal los mitos y el lenguaje de los yanomamis fue el etnólogo Theodor Koch-Grünberg, quien visitó Roraima en 1912. Posteriormente, en los años setenta, por medio de la beca de la Fundação de Auxílio à Pesquisa do Estado de São Paulo (Fapesp) para estudiar a la tribu, la fotoperiodista húngaro-brasileña Claudia Andujar realizó sus primeros trabajos con la comunidad, lo que la llevaría a desarrollar un comprometido trabajo de registro y conservación del pueblo."
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_yanomami
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Su territorio se extiende por dos áreas ecológicamente distintas: al norte, una zona selvática dominada por sierras; y al sur, los campos de la planicie. La población se reúne en aldeas durante los meses secos del verano, pero se dispersa en pequeños grupos durante la estación lluviosa. En ese período, cada familia se traslada a vivir a los bosques de la sierra, donde subsiste con los alimentos producidos en los cultivos familiares y los recolectados en la selva serrana.
Durante los meses de invierno, el agua de las lluvias torrenciales hace crecer los ríos y quebradas e inunda gran parte de los campos, con excepción de algunos lugares más altos en las planicies, que se convierten en pequeñas islas. Cultivan principalmente maíz, yuca, batata, ñames, banano, sandía y piña"
Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Macuxi
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