Sin información sobre la autoría de esta casa en carrer Labèrnia 9, cuyo elemento más destacado es el tejado recubierto de trencadís y coronado por una reproducción de la cruz helicoidal de la Pedrera
Carrer Labèrnia 9
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"El Ayuntamiento de Barcelona precinta el local Art Blau de La Casa del Fórum
Barcelona. (Redacción y agencias).- Los vecinos del entorno de la Casa del Fórum denuncian que este lunes la Guardia Urbana de Barcelona ha precintado por falta de licencia el local alternativo Art Blau, muy cerca de las baterías antiaéreas y antiguo barrio barraquista del Turó de la Rovira. Un vecino había montado el establecimiento en la terraza de su casa, conocida como Casa del Forum por sus recreacions gaudinianas.
La comunidad de vecinos ha lamentado la falta de apoyo por parte del Ayuntamiento a iniciativas como ésta que, en tiempos de crisis, generan empleo y actividad económica. En funcionamiento desde la verbena de San Juan de 2012, durante los últimos meses el bar -de más de 1.000 metros cuadrados y situado en la calle Labernia- se había convertido en el punto de encuentro de numerosos clientes que, tras recibir la noticia de su cierre, han expresado su malestar. Durante el Fòrum 2004, espacio fue utilizado por asociaciones para organizar actividades paralelas y de protesta por el evento.
La zona, rehabilitada y museizada, es cada vez más conocida entre los barceloneses y algunos turistas, pero no tenía ningún local ni quiosco para comer o beber algo en las cercanías. La apertura de Art Blau cubrió este vacío y generó un nuevo atractivo, por las magníficas vistas de la ciudad desde su terraza. Durante el último medio año se estima que unas 7.000 personas visitaron el local.
En 2006, el espacio ya se vio amenazado por las excavadoras, que derribaron uno de los tres jardines de La Casa del Fórum porque se habían hecho obras sin licencia. Desde mediados del siglo pasado, esta propiedad estuvo afectada por el proyecto de creación del parque de Els Tres Turons, que nunca ha llegado a hacerse realidad, y que impedía conceder licencias de obra. Un año antes, en 2005, el ayuntamiento también intentó el derribo de la casa entera por la irregularidad de las obras, pero la movilización del vecindario y de las asociaciones culturales impidió que esta se llevara a cabo.
Según ha informado a Europa Press el impulsor de Art Blau y propietario de la casa, David Camps, por la tarde se ha retirado el precintado por las quejas de una vecina que no podía entrar en su casa -la terraza en cuestión es vía de entrada a cuatro viviendas más, según Camps-, pero la Guardia Urbana la volverá a precintar mañana.
Fuentes del Ayuntamiento han explicado a Europa Press que se ha precintado el local porque no tenía licencia de actividad y, además, tenía alguna deficiencia relacionada con la seguridad. Han explicado que el mismo propietario ha solicitado la expropiación del edificio, y que la ley impide que se desarrollen actividades mientras haya un expediente de expropiación abierto.
David Camps ha explicado a EFE que ha solicitado la licencia de actividades y ha asegurado que cumple con todos los requisitos, pero que el ayuntamiento no se la concede ni le da explicaciones de ningún tipo. Camps también reprocha a CiU y en concreto, al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y a la teniente de alcalde Maite Fandos, que ahora hayan cerrado el "Art Blau", a pesar de que, cuando estaban en la oposición y el gobierno municipal socialista quería derribarla, visitaron la Casa del Fórum y dieron apoyo a sus miembros."
Vista aérea: Google Maps:
Foto en FB:
Ver: https://www.facebook.com/103752523098822/photos/a.103823296425078/103823299758411/Gracias por su aportación a: José Antonio Peláez Ruz
"Una finca rebelde del Cerro de la Rovira hace frente a las excavadoras
Un juzgado detiene un derribo del Ayuntamiento tras desahuciar una casa singular
David Cobo 26/01/2021 22:58
La historia de una finca del Turó de la Rovira es tan rocambolesca que incluso su dirección ha sido motivo de lío. Sólo durante la última década, de hecho, este rincón singular junto a las baterías antiaéreas del Carmel –los bunkers– ha acogido un bar con recreaciones gaudinianas que tuvo que cerrar por falta de permisos, ha sido realquilado por el antiguo propietario a unos nuevos inquilinos cuando el Ayuntamiento ya tenía terminada la expropiación y ha protagonizado, también, un toma y daca con el gobierno municipal por haber hecho de alojamiento turístico sin licencia. Además, en los últimos seis años este espacio ha sido la casa de Luis y su pareja.
Al menos hasta este lunes, cuando varias furgonetas de los antidisturbios de la Guardia Urbana se presentaron para vaciar el inmueble y garantizar que se podría empezar el derribo. Los desahuciados, que no tenían ninguna pista que les vinieran a desalojar, acudieron automáticamente al juez que lo había ordenado. Y esta misma noche se ha confirmado la enésima sorpresa en torno a esta finca. El magistrado ha estimado el recurso de los afectados y ha ordenado que, de momento, se paralice el derribo previsto en la casa. La excavadora que hoy ya se había instalado en el terreno tendrá que esperar. Fuentes del Ayuntamiento -el actual propietario del inmueble- han confirmado a este diario la recepción de la postura judicial y han apuntado que cumplirán lo que marquen los jueces. Al otro lado, se reafirma la convicción acusatoria. “Es un desahucio que no debería haberse producido, se han hecho muchas cosas mal”, denuncia Luis, convencido. Un desahucio por sorpresa Aunque todavía desconocen el alcance de la decisión judicial y lo que implicará para el futuro inmediato de la finca, Luis y su pareja no se quitan de la cabeza lo que encontraron a primera hora de ayer.
Como estaban durmiendo y no respondían, el operativo policial rompió la puerta de acceso a la casa que tenía una cubrición de cristal que hacía de espejo para quienes paseaban por delante. “Aquí se paraban todos los turistas cuando venían de los bunkers. Primero, porque pensaban que esto era todavía el Park Güell, por la cerámica estilo Gaudí, y después por la puerta. Era extraño que una pareja no se detuviera a besarse”, comenta Ramón Ginés, un vecino histórico que se conoce a la perfección la zona. “Ah, sí, en época turística, aquí podía haber 50 o 60 fotos al día.
Yo creo que es la puerta de una casa más fotografiada de Barcelona“, comenta Luis, mientras señala los restos del marco de cristal que han quedado en la entrada de la finca. Sin embargo, ésta es la última de las preocupaciones de Luis y su pareja. Denuncian que su desahucio deriva de una expropiación errónea y que, aún peor, ayer por la mañana ni siquiera sabían que les iban a echar porque la notificación judicial no se entregó a la dirección adecuada y, por tanto, no se pudieron defender en los juzgados. La finca tiene un acceso habitual que todo el mundo conoce –por el uso de puerta principal que se le da– y que es donde está fijada la correspondencia de la vivienda. Es el número 9 de la calle Mariano Labernia.
Ahora bien, la carta de los juzgados enviada por Correos no llegó ahí. Se dejó en otro buzón de la parte inferior de la finca, que siempre ha estado sin uso, según el afectado. “Nunca de la vida me han dejado ninguna carta allí. Es la primera vez”, asegura Luis. De hecho, la situación es tan insólita que el día del desahucio ni siquiera tenía llaves para abrir el buzón y tuvo que forzarlo para conseguir su propia carta, tras la llegada de la policía. Sin embargo, denuncia Luis, la irrupción de la Guardia Urbana por orden judicial sí se dio, paradójicamente, por la puerta que se utiliza como entrada habitual. Camino de los juzgados Poco podía hacer entonces. “Me decían que me apresurara, que en media hora tenía que salir”, sigue explicando el hombre. Todavía tienen en el interior de la finca la gran mayoría de sus pertenencias. Lo poco que pudieron sacar lo guardan en un local de al lado que un vecino les ha permitido utilizar. Duermen en casa de otra vecina. Y a menudo los paseantes que le ven en la calle, mirando cómo entra una excavadora en la finca que había sido su domicilio veinticuatro horas atrás, se ofrecen también a echarle una mano en lo que necesite.
Pero Luis sólo tiene una necesidad radical ahora mismo: volver a su casa. Él y su pareja quieren volver y tienen varios argumentos para conseguir que los juzgados están estudiando, aseguran. La madre de los huevos de su reivindicación es que la expropiación que el Ayuntamiento de Barcelona hizo de la casa en 2014 contiene “muchas irregularidades”. Tanto es así que, aunque a ellos no se les permite reclamar la nulidad de la expropiación porque no fueron parte implicada, Luis asegura que los antiguos propietarios han iniciado recursos en este sentido.Además de eso, esta familia –que vivía con otras dos personas que tenían alquilada una parte de la casa y que también fueron desahuciadas– se ha acostumbrado a presentar batallas judiciales en todos los frentes. Batallan derechos de compensación económica por el desahucio o intentos de frenar definitivamente el derribo. Algunos de estos procesos que han llegado a los juzgados de lo contencioso-administrativo todavía están abiertos y, por todo ello, Luis insiste en valorar el desahucio como una chapuza municipal.
Fuentes del Ayuntamiento, por su parte, defienden que la orden de desalojo y derribo la dictó un juez. Los desahuciados apuntan a que lo que han sabido hoy, mediante su abogada, es que el informe que los servicios municipales aportaron a los juzgados para informar del caso y que se autorizara el desahucio constaba de unos 30 folios. Pero es que el expediente que rodea toda la información del caso "pueden componerlo unos 6.000 folios", añade Luis. De hecho, él cuando visita a sus abogados tiene que ir con dos maletas de ruedas. “El Ayuntamiento presenta lo que les interesa y omiten el resto. Y en las hojas confunden al juez para que me lo notifique a la calle de abajo, donde yo no recojo la correspondencia”, llega a denunciar al hombre. Con todo ello, Luis considera que este caso supone una "estafa procesal".
La decisión que resolverá si ha habido alguna anomalía en el procedimiento, de nuevo quedará en manos de la judicatura. De este posicionamiento, además, se espera que se aclare el futuro inmediato de la finca, más allá de la actividad de las excavadoras. De momento, los abogados de Luis se centrarán en hacer llegar toda la documentación histórica en torno al caso al magistrado para compensar la falta de participación previa.Un rincón carente de licencias
Desde el gobierno municipal, en cambio, repasan algunos de los rasgos irregulares que se han sucedido en esta casa a lo largo de los años. De entrada, "se trata de una construcción que se hizo sin licencia", apuntan. El último propietario, además, no se lo puso fácil. Pese a haber solicitado él mismo que le expropiaran la casa –estaba afectada por el proyecto del parque de los Tres Turons–, cuando el proceso ya estaba en marcha, “de forma fraudulenta el propietario la alquiló a un tercero”. Era enero del 2014 y ese tercero es Luis. Él, por su parte, asegura que desconocía la intención de expropiar y derribar la casa, así que fue encontrándolo a posteriori. Asimismo, defiende que el contrato que le hicieron es correcto porque se trataba una subrogación de la inquilina anterior.
Sea como fuere, después de estar pagando un alquiler hasta bien entrado en el 2016, dejó de hacerlo porque ya nadie le reclamaba ninguna mensualidad, asegura. Aún así, empezó a interponer recursos en cada proceso que el Ayuntamiento activaba para expulsarlo y recuperar el inmueble. A su vez, en pleno boom turístico, alquilaban habitaciones de la finca para sacarse un dinero. Como lo hacían de forma irregular, el Ayuntamiento les pilló e inició un procedimiento contra ellos. Desde entonces, el año 2017, que ya no ha vuelto a hacerlo, promete. Y eso que su finca hipnótica, repleta de detalles gaudinianos y con unas vistas privilegiadas de la ciudad, era un caramelo para los visitantes.
Este evidente potencial ya lo había aprovechado años antes el antiguo propietario del espacio, David Sans. Hizo un bar en la gran terraza de la finca, junto al inmueble que se conocía entonces como la Casa del Fórum, y lo llamó Art Blau. “Aquello sí estuvo bien, porque aquí tenemos poco. En ese bar con esas vistas, sentadas y estabas en la gloria”, recuerda el vecino Ramón Ginés. Sin embargo, la gloria duró poco porque ni tenía licencia de actividad ni cumplía con todos los requisitos de seguridad, explicaba Betevé en 2013.
Poco después llegarían Luis y su pareja. Se establecerían sin saber que, seis años después, les echarían una mañana por sorpresa. Ahora el hombre desahuciado se aferró a una de sus últimas cartas. Ha hecho llegar al juzgado que ha dictado el desahucio nueva documentación, más allá de la aportada por el Ayuntamiento. Y ha funcionado, al menos inicialmente. “Eso lo que quiere decir es que si ayer estábamos en el suelo, revolcados en el barro, hoy ya nos hemos sacudido y estamos de pie. Esto es diferente”, resuelve.
Su caso ha encendido las alarmas entre el vecindario, también. El portavoz de la plataforma Salvem els Tres Turons, Fran Bernal, reivindica la existencia del “patrimonio informal” en una zona como el Turó de la Rovira y recuerda que este paso del Ayuntamiento les pone sobre aviso de lo que puede implicar a unas 300 casas afectadas por planes urbanísticos. “¿Qué es cierto que ha habido irregularidades en la historia de la finca? Seguro. Pero también en el proceso del Ajuntament. Lo que está claro es que desahuciar a gente y derribarlo no puede ser una prioridad mientras está muriendo gente en la calle por el frío”, concluye Bernal."
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