"Rinzen –palabra japonesa que puede traducirse como «despertar
súbito»– es una de las obras más significativas de Antoni Tàpies. Fue
concebida para el Pabellón de España en la XLV Bienal de Venecia de 1993
y galardonada con el León de Oro de Pintura de este certamen. Seis años
más tarde, en 1998, Tàpies instaló la obra de forma permanente en el
MACBA. Si en la Bienal, debido a las características del espacio, el
artista no pudo exponer todos los elementos de la obra, sí lo hizo en la
instalación del MACBA.
Situada en una pared destacada de la entrada del Museo, Rinzen actúa
como obra estructural uniendo las tres plantas del edificio. El propio
Antoni Tàpies la adaptó a las condiciones espaciales del MACBA. Se trata
de una instalación que combina objetos modestos y pobres con elementos
pictóricos y escultóricos. En el vestíbulo del Museo, y a la altura del
primer piso, una enorme cama metálica blanca de hospital se sostiene
fijada a la pared en posición vertical. Cinco somiers de madera
recuperados, mantas de lana y almohadas cuelgan de la cama en frágil
equilibrio. En la pared pueden verse los números 1, 2 y 3. Y en el
cristal de la fachada del edificio aparecen pintadas cruces junto al
título de la obra en grandes caracteres. Este conjunto de elementos
dialoga con la pintura que tiene justo delante: Dissabte, un
cuadríptico matérico casi monocromo (en tonos terrosos) con cruces en
los extremos y las palabras «dissabte» y «sàbat» desdibujadas en la
base. El resto de la obra consiste en un grupo de diez sillas de hierro
pintadas de blanco colocadas en fila en la terraza exterior del Museo.
Estas se presentan enlazadas por una estructura metálica negra con
diversas cruces, uno de los símbolos más utilizados por el artista.
Completa la obra una silla solitaria situada frente a un dibujo que
sugiere unas gafas, símbolo de la visión y la contemplación.
La simbología de la obra es compleja. Cuando se presentó en Venecia en
1993, el país vecino se hallaba en plena guerra de Bosnia. La presencia
de una cama de hospital y de los somieres, como símbolo de inestabilidad
y fragilidad, era una alusión a la guerra. Pero la obra también parte
de un recuerdo de infancia que impactó al artista. En el año 1929, en
una barraca de feria, una atracción volcaba a una mujer estirada en una
cama cada vez que alguien daba en la diana con una escopeta de aire
comprimido. Así, la pieza no solo aporta un mensaje contra la barbarie
de la guerra, sino que a su vez «tiene otras intenciones, como invitar a
la concentración para alcanzar un conocimiento más profundo de la
realidad». Rinzen es, en definitiva, una obra compleja que remite a la meditación y la visión interior."
Ver: https://www.macba.cat/es/rinzen-1461
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