Domènech i Montaner utilizó en esta casa muchos de sus elementos característicos como arquitecto: base de robustas columnas en piedra roja, ventanas trilobulares y ornamentación floral. El conjunto, no obstante, denota una gran contención expresiva, favorecida por el blanco del marmol y la Euritmia de las dos fachadas principales organizadas alrededor de una tribuna corrida que a partir de la primera planta está torneada como una torre hasta el coronamiento del edificio; la posterior es, insólitamente, plana.
Esta casa puede considerarse como el gran esfuerzo creativo de Doménech plenamente alcanzado y con una indicación de nuevas propuestas formales en la línea de la vanguardia europea. A pesar de ciertas reincidencias en esquemas de historicismo ecléctico, a pesar de cierta repetición amanerada en la fachada principal de las fórmulas del Palau de la Música, de la casa Lleó Morera o del Hospital, la fachada posterior, sobre todo en las plantas inferiores, representa la aplicación de un lenguaje nuevo, más libre e incluso más original, al tema del valor expresivo de las superficies, que en la obra domenechiana aparece con una preocupación persistente desde los años del Café-Restaurant. Se trata de una fachada extremadamente plana, dibujada con una gran perfección lineal y en la que los mismos capiteles -contradiciendo y superando, por cierto, los de las otras fachadas que siguen aún los temas florales del Palau y del Hospital- han quedado reducidos a ligeras incisiones más geométricas que vegetales, como un último paso de aquella significativa evolución del “orden” domenechiano antes comentado. Todos los elementos de la fachada presentan un parentesco con algunas formas secesionistas vienesas, a pesar de que nunca se trata de una traducción textual ni en la forma elemental ni en la disposición sintáctica. Se encuentran ahí coincidencias con la búsqueda de la simplificación ornamental y con el método aditivo de composición, que fue una de las bases de la expresión de Doménech y, también, de la mayor parte de las obras de la Sezession, desde O. Wagner hasta J. M. Hoffmann.
La línea iniciada con la casa Fuster tuvo algunas consecuencias en el desarrollo del Modernisme hacia las formas de la arquitectura moderna.
El edificio se remata con unas mansardas de estilo francés. "Ver: https://www.urbipedia.org/hoja/Casa_Fuster
Passeig de Gràcia, 132
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