"El edificio es el resultado de una operación unitaria sobre una manzana privilegiada, con 300 metros de fachada sobre la avenida Diagonal, una de las principales arterias de tráfico de la ciudad. La respuesta morfológica de Moneo y Solà-Morales parte de una voluntad de respetar la tradicional manzana del Eixample, pero también de asumir el carácter discontinuo de la edificación abierta, propio de la zona. El edificio rompe la escalera de su dimensión mediante la fragmentación de los volúmenes y por el estudio de las visuales en sesgo, mientras que asegura la unidad a través del carácter repetitivo de las aberturas y de los revestimientos de piedra de la fachada. El conjunto adapta su perímetro a las calles perimetrales y renuncia a la ortogonalidad. El resultado es una metáfora sobre la misma ciudad condensada en un solo edificio, cuya volumetría es un reflejo de los accidentes que sufren las edificaciones a la hora de yuxtaponerse dentro de una continuidad urbana.
Avinguda Diagonal, 545-575
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